Alerta roja en Málaga y naranja en Valencia y Tarragona por fuertes lluvias

La DANA activa la alerta roja en Málaga y obliga a interrumpir actividades educativas y deportivas en varias regiones, mientras autoridades locales piden directrices a las administraciones autonómicas.

Foto: AEMET

Este miércoles se han suspendido las clases en decenas de municipios del País Valencià, Tarragona y Andalucía ante la llegada de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha activado la alerta roja en Málaga y en aviso naranja en otros territorios por lluvias intensas, con acumulaciones previstas de hasta 120 litros por metro cuadrado en 12 horas, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

En el País Valencià, municipios gravemente afectados por inundaciones previas, como Chiva, Aldaia, Paiporta y Torrent, se han sumado a suspender las clases y actividades deportivas, mientras que en la provincia de Alacant, localidades como Dénia, Xàbia y Calpe han comunicado cierres preventivos. En Castelló, Benicarló y Peñíscola también han cancelado las actividades escolares. En total, las restricciones se van a establecer hasta en 40 localidades de la zona.

En Catalunya, cierran puertas los colegios en Tarragona, especialmente en las comarcas de Tarragonès, Montsià, Baix Ebre, Ribera d’Ebre y Baix Camp han suspendido las clases por las fuertes lluvias, según informó la consellera de Interior, Núria Parlon.

En Andalucía, los desalojos en la Ribera del Guadalhorce y la suspensión de actividades en centros educativos y de día en Málaga y Granada responden al mismo aviso meteorológico, mientras que el municipio de Monda, en Málaga, ha optado por la suspensión total de clases.

A su vez, varios alcaldes valencianos han pedido a la Conselleria de Educación que establezca “directrices claras” para estos casos, argumentando que “la gestión de alertas meteorológicas regionales excede las competencias municipales y debería ser coordinada desde la administración autonómica”. Los alcaldes señalan que, aunque pueden tomar decisiones para proteger instalaciones municipales, la suspensión de clases ante emergencias climáticas “debería ser una decisión centralizada”, en lugar de depender de cada municipio de forma aislada.