La Audiencia de Girona ha condenado a tres agentes de los Mossos d’Esquadra a penas de cárcel que oscilan entre los 9 y 10 años por tráfico de marihuana confiscada. El principal implicado, el cabo Salva Muntané, ha recibido una pena de 10 años y 9 meses, mientras que sus compañeros Óscar Hernández y Joan Francesc Pozo, ‘Kiku’, han sido sentenciados a 9 años y 9 meses y 10 años y un mes, respectivamente. Los abogados de los acusados han anunciado su intención de apelar la sentencia.
El caso se remonta a 2006, cuando el cabo empezó a desviar marihuana incautada para venderla en el mercado clandestino. Aunque el periodo investigado responde a hechos de 2020, la colaboración con un traficante local habría continuado, de manera intermitente, hasta 2018. Un traficante encarcelado en 2021 delató al agente, lo que acarreó una investigación de la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos, validando las acusaciones mediante grabaciones y pruebas recopiladas en vehículos y cámaras de la comisaría.
En consecuencia, el juez tribunal impuso al cabo Salva Muntané 4 años y 3 meses de cárcel por delitos contra la salud pública agravados por su rol policial. Se le suman penas menores por hurto, pertenencia a grupo criminal y falsedad documental, además de una multa de 14.245 euros y la inhabilitación para ejercer en cuerpos policiales.
A Óscar Hernández y Joan Francesc Pozo se les condena también por delitos relacionados con el tráfico de drogas, participación en grupo criminal y falsedad documental, además de multas de 14.245 y 17.582 euros, respectivamente, junto a la inhabilitación policial que estará vigente durante el tiempo de condena. Además, Pozo fue condenado por “revelación de secretos”, ya que accedió sin autorización a bases de datos policiales para obtener información de otros traficantes.