A partir del 1 de enero de 2025, los más de nueve millones de pensionistas del Estado español experimentarán una subida en sus pensiones contributivas. El aumento, estimado en un 2,8%, se traducirá en un incremento medio de 40 euros al mes para los beneficiarios. Este ajuste se realiza conforme a la fórmula de revalorización definida por la reforma de pensiones aprobada en 2021. A pesar de la mejora, la subida será más moderada que en años anteriores, especialmente en comparación con el 8,5% de 2023, impulsado por la alta inflación derivada de la crisis energética.
El dato adelantado del Índice de Precios al Consumo (IPC) de noviembre, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestra un incremento del 2,4%, lo que permite anticipar este 2,8% de subida para el próximo año. Sin embargo, la cifra final se confirmará el próximo 13 de diciembre, cuando el INE publique el dato definitivo del IPC, aunque históricamente las variaciones han sido mínimas de una a otra. En 2024, las pensiones se incrementaron un 3,8%, un porcentaje que ahora se ajusta a la baja, reflejando un entorno de inflación algo menos elevada.
De confirmarse la revalorización del 2,8%, la pensión media de jubilación, que afecta a más de 6,5 millones de pensionistas, aumentará en 40,5 euros mensuales, pasando de 1.447,4 euros a 1.487,9 euros. Este ajuste representará un incremento anual de unos 567 euros para cada beneficiario. Las pensiones de viudedad también verán un aumento de 25 euros mensuales, alcanzando los 923,5 euros, lo que beneficiará a más de 2,3 millones de personas. Por su parte, las pensiones de orfandad y otras prestaciones relacionadas experimentarán incrementos similares, con un aumento de 14 euros al mes en el caso de los huérfanos, alcanzando los 531,4 euros.
