Italia paralizada por una huelga general contra los presupuestos de 2025

Miles de trabajadores toman las calles en un paro contra la guerra y la austeridad.

Manifestación en la huelga general italiana del 29 de nnoviembre de 2024.
Foto: Exploit Pisa

Italia afronta este viernes una huelga general de ocho horas convocada por las dos centrales sindicales principales, CGIL y UIL, junto con otros sindicatos menores y movimiento sociales, en rechazo a los presupuestos generales de 2025. La fecha ha sido seleccionada estratégicamente: Red Friday (Viernes Rojo), reza la portada del periódico il Manifesto, en alusión a las rebajas del Black Friday que se celebran hoy mismo.

Los sindicatos, junto con miles de trabajadores italianos que se han sumado a la huelga, el 70% según CGIL, se oponen a las medidas adoptadas por el gobierno ante los desafíos económicos y sociales que sufre la clase trabajadora del país. Además, el paro denuncia la postura belicista del Estado italiano en la Guerra de Ucrania, así como su colaboración en el genocidio contra el pueblo palestino. La protesta afecta a sectores clave como el transporte, la sanidad y la educación, en un día marcado por al menos 43 manifestaciones convocadas por todo el país; especialmente masivas en ciudades como Roma, Milán y Nápoles.

Aunque el sindicato CISL no se ha sumado a la convocatoria, el impacto de la huelga se ha hecho notar. Según la agencia EFE, Ita Airways ha cancelado al menos 68 vuelos, mientras que los paros en el transporte público local, aéreo y marítimo se han concentrado entre las 9:00 y las 13:00 horas por una orden del ministro de Transportes, Matteo Salvini, quien justificó la medida antisindical “por las frecuentes interrupciones de servicio en los últimos meses”.

En el ámbito sanitario, la huelga involucra a médicos de atención primaria, psicólogos, veterinarios, farmacéuticos y otros profesionales, aunque se han garantizado los servicios esenciales. Representantes sindicales del CGIL, han calificado los presupuestos como “los peores de las últimas tres décadas”, denunciando que “priorizan el sector privado en detrimento de la salud pública”. Por otro lado, en el sector educativo, la adhesión ha sido desigual, con la mayoría de las escuelas abiertas, aunque la participación de los estudiantes y el personal docente en las manifestaciones ha llevado cierre de varios centros educativos.

Las manifestaciones, que han reunido a miles de personas, han entonado las crítica frontales al Gobierno de Giorgia Meloni por no cumplir sus políticas en materia de pensiones, seguridad laboral y financiación de servicios esenciales. En un mitin en Bolonia, Maurizio Landini, líder de CGIL, ha destacado “la alta participación”, señalando que “las plazas llenas demuestran el descontento”. Según los organizadores, esta jornada muestra el malestar generalizado frente a las políticas de austeridad y recortes impulsadas por el Ejecutivo para ajustar las finanzas italianas a las normativas europeas.