El presidente del Estado francés, Emmanuel Macron, ha anunciado su intención de convocar una reunión con todas las fuerzas políticas dispuestas a dialogar, dejando fuera explícitamente a la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen. El anuncio se produce tras los encuentros mantenidos este lunes en el Elíseo con los líderes ecologistas y del PCF, en un intento de desbloquear la formación de un Gobierno tras la reciente moción de censura que destituyó al primer ministro Michel Barnier. Marie Tondelier, líder de los ecologistas, celebró el “cambio de actitud” del jefe de Estado, afirmando que “Macron ha comprendido que debe dejar de actuar unilateralmente y de precipitarse en nombramientos”. Además, subrayó que el presidente “ha sido claro” al afirmar que un acuerdo con Le Pen ya no es viable.
El PCF, por su parte, también fue recibido en el Elíseo y mostró “voluntad de negociación”, sin renunciar a sus demandas programáticas. Fabien Roussel, líder del PCF, destacó que sus prioridades incluyen “el poder adquisitivo, el mantenimiento del empleo y la reforma de las pensiones”. Aunque señalaron que sería “preferible” que el próximo primer ministro fuera de izquierdas, Roussel aclaró que “no es un requisito indispensable, siempre que se logren avances concretos”. El PCF incluso abrió la puerta a la propuesta PSF de convocar una “conferencia de financiación” junto a los sindicatos, en un gesto de “pragmatismo” ante la crisis.
Sin embargo, el bloque de La Francia Insumisa (LFI), integrante del Nuevo Frente Popular (NFP), ha rechazado reunirse con Macron. El coordinador del partido, Manuel Bompard, justificó su postura denunciando “un golpe de fuerza del presidente”, acusándolo de “ignorar los resultados electorales de las legislativas y de negarse a que el NFP asuma el gobierno”. Los insumisos, liderados por Jean-Luc Mélenchon, insisten en la dimisión del presidente y la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas como única salida a la crisis, según recoge el diario Libération. Mientras tanto, la líder ecologista Tondelier apeló a “la unidad de la izquierda”, afirmando que tendrán “más peso” si se sientan todos en la mesa del presidente Aun así, la negativa insumisa refleja la profunda división dentro del NFP, que amenaza con debilitar su capacidad para condicionar las políticas del gobierno macronista.