El canciller alemán, Olaf Scholz, se reúne este lunes con representantes de la industria del acero para abordar las medidas necesarias para asegurar el futuro del sector en Alemania. Scholz destacó la relevancia geoestratégica de la producción de acero y propuso, entre otras medidas, “un tope al precio de la electricidad para reducir los costes de esta industria intensiva en energía”, aunque la implementación de esta medida es incierta debido a la situación política del país.
Según informa Der Spiegel, el presidente del Gobierno alemán subraya también “la necesidad de reubicar toda la cadena de producción de acero en Alemania” y solicita a la Comisión Europea “que tome medidas para proteger a las empresas europeas de la competencia desleal”, especialmente la que proviene de China. Además, Scholz expresó su disposición a intervenir en el caso de Thyssenkrupp, que recientemente anunció un recorte masivo de empleos y el cierre de una planta.
La crisis del acero en Alemania se debe a varios factores, como la subida de los precios de la energía debido a la guerra en Ucrania y la caída en la demanda por la pérdida de competititvidad. Según datos oficiales, los pedidos de acero en el tercer trimestre de 2024 disminuyeron significativamente, lo que refleja la difícil situación que atraviesa el sector.