La multinacional de electrodomésticos BSH, responsable de marcas como Bosch, Siemens y Balay, ha anunciado el cierre de su fábrica en Eskiroz (Nafarroa, Euskal Herria) en un plazo de seis meses. La planta, que emplea a 660 trabajadores, dejará de operar debido a “la pérdida de competitividad”, según la compañía. En un comunicado dirigido a la plantilla, la dirección asegura “haber evaluado alternativas durante años para mantener la viabilidad del centro”, pero afirma que “la difícil situación del mercado” y la “fuerte competencia” habrían hecho “insostenible” su continuidad.
Los trabajadores han rechazado el cierre y piden soluciones concretas. El sindicato ELA pide “un plan industrial que preserve el empleo” y denuncia que la multinacional obtuvo 60 millones de euros de beneficios en el Estado español en 2023, mientras que UGT advierte “del impacto para una plantilla con una media de edad de 50 años”.
Según declara el presidente del comité de empresa, Juanjo Hermoso de Mendoza en Noticias de Navarra, contemplaban la posibilidad de un ERE, pero nunca se había barajado el cierre total de la planta. Hermoso de Mendoza califica esta medida de “deslocalización”, destacando “la dramática situación personal” de muchas familias obreras, ya que varias parejas dependen de los salarios generados en la planta.
En respuesta, el comité de empresa ha convocado manifestaciones para los próximos días, incluida una concentración frente al Parlamento de Navarra este miércoles y una marcha en Iruñea-Pamplona el sábado. Los sindicatos exigen que “el Gobierno de Navarra intervenga para buscar alternativas y evitar la pérdida de empleo”.