Irán ha acelerado el desarrollo de su programa nuclear como respuesta a las tensiones en Oriente Medio y la reelección de Donald Trump, tal y como advierten expertos en Middle East Monitor. A pesar de las sanciones y las presiones internacionales, el país persiste en sus esfuerzos por obtener armas nucleares “para garantizar la disuasión”. La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) reportó en noviembre altos niveles de enriquecimiento de uranio, mientras la República Islámica ha mantenido una postura de cooperación limitada con la agencia.
La creciente hostilidad del Estado de Israel hacia Irán, especialmente tras los ataques a sus instalaciones militares en Siria, ha intensificado la percepción de amenaza en Teherán. Estos ataques, junto con la política exterior de confrontación de Estados Unidos bajo Trump, han aumentado la urgencia de Irán por desarrollar armas nucleares como “un medio de defensa” ante lo que considera “una amenaza existencial”.
El presidente electo estadounidense ha expresado intenciones claras de atacar directamente las instalaciones nucleares iraníes, alineándose plenamente con la táctica israelí. Este clima de hostilidad ha llevado a Irán a reforzar su programa nuclear, con la intención de asegurar su supervivencia como estado.
