La dificultad de acceso a la vivienda se ha consolidado como uno de los principales desafíos para los jóvenes en el Estado español. Según el último barómetro del CIS, casi 1 de cada 4 jóvenes de entre 18 y 24 años (24%) considera que la vivienda es su principal preocupación. Este dato muestra la creciente presión que enfrenta la generación más joven, marcada por el aumento del precio de los alquileres y la dificultad para acceder a una hipoteca. En estos momentos, se calcula que el 86% de los menores de 34 años en el Estado español vive con sus padres.
Sin embargo, el CIS muestra que esta preocupación se diluye a medida que avanza la edad. A partir de los 35 años, el porcentaje desciende notablemente y continúa reduciéndose hasta alcanzar apenas el 1,7% en los mayores de 75 años. Este grupo, en su mayoría propietarios de vivienda desde hace décadas, está menos expuesto a los desafíos del mercado inmobiliario actual, lo que explica la baja relevancia del tema en su día a día.
Estos datos ponen de manifiesto una brecha generacional en cuanto a prioridades y dificultades económicas. Mientras que los jóvenes ven la vivienda como un obstáculo crucial para su desarrollo y estabilidad, las generaciones mayores centran su atención en otras cuestiones, como la salud o las pensiones.
