Un día después de la investidura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Vladímir Putin y Xi Jinping celebran una videoconferencia este martes para consolidar la asociación estratégica entre Rusia y China. Según ha informado el Kremlin en sus canales oficiales, la reunión busca “evaluar los logros del último año y trazar objetivos para 2025”, en un contexto de creciente cooperación económica y política entre ambos países. Putin califica el encuentro como una “tradición anual” destinada a fortalecer los lazos bilaterales entre ambas potencias, subrayando que estos se fundamentan en “la amistad, confianza y apoyo mutuos”. Xi, por su parte, destacó que Pekín “está preparado para llevar la relación con Moscú a un nuevo nivel” este año.
Ambos mandatarios resaltan los progresos alcanzados en 2024, incluyendo un aumento del comercio bilateral, que según datos de fuentes rusas y chinas, alcanzó cifras récord de entre 220.000 y 245.000 millones de dólares. Además, subrayan el liderazgo de Rusia como proveedor de recursos energéticos para China, en particular petróleo y gas natural. Xi señala la puesta en marcha completa del gasoducto oriental antes de lo previsto, mientras que Putin destaca la relevancia de los proyectos conjuntos en transporte, industria y agricultura. También han alabado la creciente colaboración en plataformas internacionales como la ONU, el G20 y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), promoviendo un “orden mundial multipolar más justo”.
La cooperación militar ha sido otro punto central de la reunión. Ambos líderes subrayan que los Ejércitos de China y Rusia han alcanzado “un alto nivel de interacción”, con el que consideran que están consolidando “su papel estabilizador en la seguridad global”. Xi elogia los esfuerzos de Moscú y Pekín en garantizar la “seguridad indivisible” en Eurasia y a nivel mundial, mientras Putin agradece el respaldo chino durante la presidencia rusa del BRICS. La reunión ha concluído con un llamado conjunto para “fortalecer los intercambios humanitarios, educativos y culturales”, subrayando que estos vínculos “no solo benefician a ambas naciones, sino que también aportan estabilidad al escenario internacional”.