La colisión sucedida esta semana entre un vuelo de American Airlines y un helicóptero militar sobre el río Potomac en Washington (EEUU) ha generado cuestionamientos sobre la falta de controladores aéreos en el aeropuerto Ronald Reagan. Informes de The New York Times y The Washington Post señalan que, en el momento del accidente, un solo operador estaba a cargo del tráfico de helicópteros y aviones comerciales, luego de que otro controlador dejara su puesto antes de tiempo. Además, se investiga si el helicóptero volaba fuera de su ruta aprobada.
El presidente Donald Trump ha aprovechado la tragedia para responsabilizar a sus predecesores, Joe Biden y Barack Obama, acusándolos de “contratar controladores aéreos sin las capacidades adecuadas”. Mientras tanto, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha recuperado la caja negra del avión, aunque sigue buscando la del helicóptero para esclarecer las causas del siniestro.
El accidente, que ha dejado 67 víctimas mortales, ha reavivado el debate sobre la seguridad aérea en EEUU, especialmente en aeropuertos con un alto volumen de tráfico. Las autoridades siguen investigando si la falta de personal y posibles errores en la gestión del tráfico contribuyeron a la tragedia.