Un juzgado de Barcelona ha condenado a un vigilante de seguridad a nueve meses de prisión y al pago de 10.700 euros de indemnización por fracturar la pierna de un pasajero en la estación de Joanic, en la línea 4 del metro. Según recoge RAC1 de la sentencia, “el vigilante utilizó una fuerza desproporcionada durante un altercado con el usuario”, quien intentaba validar un billete prestado por sus acompañantes tras fallar los suyos. La fiscalía solicitaba la misma pena impuesta, mientras que la acusación particular, representada por Irídia, pedía tres años y medio de cárcel.
El tribunal considera probado que el vigilante, junto con otros tres compañeros, exigió al pasajero que saliera de la estación para comprar otro billete. En el exterior, se produjo una discusión que terminó con el vigilante lanzando al usuario al suelo e inmovilizándolo, lo que le causó una fractura en el peroné. La víctima, que estuvo cinco meses de baja y tuvo que ser operada, asegura que los vigilantes actuaron con violencia y realizaron comentarios intimidatorios. La defensa del acusado argumentó “que el pasajero había intentado agredirlo previamente”, aunque la versión no coincide con las imágenes de seguridad.
La empresa de seguridad y la operadora del metro, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), han reiterado su compromiso con la seguridad de los usuarios y han señalado que colaborarán con la justicia. Sin embargo, desde organizaciones como Irídia han denunciado que este caso evidencia la violencia que acostumbran a usar los vigilantes de seguridad del transporte público contra los usuarios.
