El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, viajarán a Washington la próxima semana para reunirse con el expresidente Donald Trump. El objetivo del encuentro es “coordinar una estrategia conjunta de cara a un posible acuerdo de paz en Ucrania”, según informó el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Mike Waltz. Sin embargo, la administración Trump y tiene decidida su estrategia, y tiene claro que los líderes europeos no tienen ni voz ni voto en la mesa de negociaciones. Esta reunión se suma a la reciente minicumbre informal en París, donde Macron reunió a líderes europeos para unificar posturas frente al conflicto, y no lo consiguió.
Mientras tanto, la guerra en Ucrania sigue con avances lentos pero constandes del ejército ruso en el este del país, y las tensiones entre Europa y Rusia no ceden. Macron ha insistido en “la necesidad de que los países europeos tengan voz propia en las negociaciones”, sin depender exclusivamente de Washington. Starmer, por su parte, ha enfatizado “la importancia de mantener la cooperación transatlántica”, aunque con una postura más pragmática en cuanto al futuro de las sanciones contra Rusia.
El Kremlin ha reaccionado con cautela a la noticia de la reunión, señalando que cualquier “avance en la paz deberá contar con la participación directa de Moscú y Kiev”. Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha reiterado “su compromiso con una resolución que garantice la integridad territorial de Ucrania”, algo que Trump no ve tan claro. La reunión en la Casa Blanca podría marcar un punto de inflexión en las conversaciones, aunque todavía persisten profundas diferencias entre las partes involucradas.
