Este miércoles, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, anunció el inicio de la repatriación de personas extranjeras supuestamente involucradas en “actividades delictivas”, con el primer vuelo que trasladó a individuos vinculados a “pandillas georgianas” desde Polonia a su país de origen. Tusk compartió un video en sus redes sociales en el que se ve a agentes de la Guardia Fronteriza trasladando a los detenidos a un avión de la Fuerza Aérea polaca. En su mensaje, el primer ministro afirmó que el gobierno está llevando a cabo una acción decisiva para “desmantelar eficazmente las pandillas georgianas”, destacando que las medidas se basan en “hechos, no solo en palabras”
El viceministro del Interior de Polonia, Wieslaw Szczepanski, expresó que el gobierno “no tolerará que personas extranjeras cometan delitos en el país”. Según la agencia de noticias PAP, el ministro señaló que el enfoque de esta política “está orientado a proteger la seguridad pública y el orden”. Sin embargo, la política ha sido objeto de críticas. Algunos grupos de derechos humanos y observadores internacionales señalan que esta estrategia podría tener implicaciones en los derechos de las personas repatriadas y las comunidades migrantes en su conjunto, que están siendo sujetas a un escrutinio constante bajo sospechas de “criminalidad”.
No obstante, el ministro del Interior polaco, Tomasz Siemoniak, había adelantado previamente que las autoridades planeaban tomar “acciones duras” a través de todos los servicios de seguridad, y aseguró que se utilizarían “todas las herramientas” necesarias para hacer frente a esta situación.
