La justicia polaca archiva la causa penal contra Pablo González

El Tribunal de Distrito de Varsovia cierra el caso tras más de dos años de encarcelamiento del periodista, al considerar que “no regresará desde Rusia”.

Imagen de archivo de Pablo González, periodista encarcelado en Polonia.

El Tribunal de Distrito de Varsovia ha decidido archivar el procedimiento penal abierto contra el periodista Pablo González, según declaraciones de su portavoz, la jueza Anna Ptaszek, recogidas por la prensa polaca. La magistrada ha justificado la decisión señalando que González “ya no está en Polonia” y que “no se prevé que abandone Rusia”, lo que impide continuar con la instrucción del caso. La resolución contradice la postura adoptada previamente por la Fiscalía polaca, que en agosto de 2024 había anunciado la presentación de cargos por “espionaje”. Con ello, anunciaba su intención de seguir con la investigación, pese a la ausencia del acusado.

El abogado de González, Gonzalo Boye, ha indicado al diario Berria que la defensa aún no ha recibido la resolución oficial del tribunal: “Todo lo que sabemos hasta ahora proviene de la nota de prensa del tribunal. Esperaremos a leer el fallo antes de hacer una valoración”. La Fiscalía polaca había acusado a González de “haber transmitido información a los servicios de inteligencia rusos entre 2016 y 2022”, periodo en el que residió en Polonia. Según la acusación, estas actividades habrían supuesto un “perjuicio punible” para el país, lo que podía acarrear penas de entre tres y quince años de prisión.

Pablo González fue detenido en febrero de 2022 por los servicios de seguridad polacos en el contexto de la guerra a gran escala en Ucrania, y permaneció más de dos años en la prisión de máxima seguridad de Radom, en régimen de aislamiento. En agosto de 2024, fue liberado en un intercambio de prisioneros entre Rusia y la OTAN, tras lo cual se trasladó a Moscú, su ciudad natal.

Posteriormente, en una entrevista con la cadena RT, denunció haber sido sometido a torturas y otros métodos de presión durante su encarcelamiento. También afirmó que los cargos en su contra se basaban en sospechas sin pruebas, subrayando que no fue informado formalmente de la acusación en su contra hasta nueve meses después de su arresto.