Tras casi cuatro años de proceso judicial, los dos jóvenes que fueron detenidos en 2021 en Errotxapea (Iruñerria, Nafarroa) y posteriormente juzgados ya conocen la resolución en su contra: han sido condenados a un año de prisión, evitando la cárcel, pero debiendo hacer frente a unos costes judiciales de 15.400 euros. Ambos fueron detenidos hace casi cuatro años junto a otros siete jóvenes de Errotxapea y uno de Burlata. Otras dos personas fueron citadas a declarar en el marco del mismo caso. A todas ellas se les acusó de pertenecer a un grupo de “kale-borroka” (lucha callejera) vinculado a la Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) y a Indar Gorri, así como de tener vínculos con un “grupo armado”.
El largo proceso ha llegado finalmente a su fin, pero la plataforma Errotxapeako Auzipetuak (Enjuiciados de Errotxapea) ha denunciado la “dureza” de lo sucedido: “Diez jóvenes detenidos y otros dos citados a declarar. Seguimientos y escuchas telefónicas. Registro de viviendas y pertenencias personales. Tres días de detención en pleno contexto de pandemia. Obstaculización del acceso a asistencia legal hasta el segundo día. Acusaciones falsas contra organizaciones políticas difundidas en todo tipo de medios de comunicación”.
Además, han recordado que, dos años después de la operación policial, la mayoría de las acusaciones contra los detenidos en 2021 fueron archivadas, lo que, según ellos, demuestra la “arbitrariedad e impunidad” del proceso. Sin embargo, “para justificar el espectáculo mediático y represivo”, se mantuvieron las acusaciones contra dos personas, lo que permitió que el procedimiento siguiera adelante. Son precisamente estas dos personas las que han sido condenadas ahora.
Ante la represión, solidaridad de clase
Según la plataforma, el objetivo de esta ofensiva era “destruir la voluntad política de los acusados“. Lo han explicado así: “Tenemos claro que, en esta sociedad capitalista, el objetivo de los tribunales no es mantener debates racionales sobre lo que es justo o no, sino castigar conductas que perjudiquen el orden capitalista e infundir miedo a quienes no se conforman con esta sociedad injusta”. Consideran que “las peticiones de penas de prisión y las amenazas de consecuencias económicas de casi 30.000 euros para jóvenes trabajadores”, forman parte de esa estrategia represiva.
En este sentido, Errotxapeako Auzipetuak ha expresado su solidaridad con “todas aquellas personas que sufren la represión del Estado de distintas maneras”: “A los miembros de Raimundo El Canastero, a los 27 investigados por defender las txosnas en las fiestas de Lizarra, a los doce encarcelados en Zaragoza y La Suiza, a las decenas de militantes políticos víctimas de infiltraciones policiales, a los 33 jóvenes multados con 600 euros por defender las calles frente a Vox, al joven de Ipar Euskal Herria que ha recibido una prohibición de asistir a movilizaciones durante dos años solo por cubrirse la cara en una manifestación, a quienes serán juzgados por defender el Gaztetxe de Durango”, y más casos. Han advertido, por tanto, que la represión “no es cosa del pasado”, y han subrayado la necesidad de “seguir organizando la solidaridad contra ella”.
Cita el 22 de marzo
Para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas del proceso iniciado en 2021, han organizado un festival solidario en Errotxapea el próximo 22 de marzo. Se ha preparado un programa para todo el día: por la mañana habrá un torneo de fútbol en Patxi Larrainzar; al mediodía se organizarán juegos infantiles en la sociedad Errotaberri, seguidos de un vermú musical en el mismo lugar; y después, una comida solidaria en los frontones del barrio.
A partir de las 16:30, se celebrará un concierto en los frontones, con la participación de los grupos Muxutruk, Ostikoka y Aurrez Aurre. Por la noche, varios DJ amenizarán la jornada en Errotaberri.
