El presidente ruso, Vladimir Putin, realizó una visita sorpresa este miércoles a la región de Kursk, en el oeste de Rusia, donde ordenó a las tropas rusas acelerar su avance para expulsar a las fuerzas ucranianas que aún permanecen en la zona.
Según imágenes publicadas por el Kremlin, Putin, vestido con uniforme militar, se reunió con el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, para evaluar la situación en el frente. Esta es la primera vez que el mandatario ruso visita esta zona desde que Ucrania lanzó una contraofensiva en agosto de 2024, que permitió la toma temporal de parte del territorio ruso.
Durante la visita, Gerasimov informó a Putin que las fuerzas rusas han recuperado el 86% del territorio que Ucrania controlaba en Kursk, equivalente a 1.100 kilómetros cuadrados. Además, afirmó que en los últimos cinco días se han retomado 24 asentamientos y 259 kilómetros cuadrados de terreno, capturando a más de 400 prisioneros. Gerasimov también señaló que las tropas rusas han cruzado hacia la región ucraniana de Sumy, donde estaría expandiendo una “zona de seguridad” para prevenir futuras incursiones.
Por su parte, el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Oleksandr Syrsky, indicó en un comunicado en Facebook que las tropas ucranianas están realizando “maniobras hacia posiciones más favorables” para minimizar pérdidas, un lenguaje que sugiere un repliegue táctico. Syrsky aseguró que Ucrania “mantendrá la defensa en Kursk mientras sea apropiado y necesario”.
La visita de Putin a Kursk se produce en un contexto de intensificación de los combates y tras una propuesta de alto al fuego de 30 días respaldada por Ucrania y solicitada por Estados Unidos, a la que aún no ha respondido. Sin embargo, el presidente ruso ha dejado claro que su objetivo es la “liberación completa” de Kursk y la creación de “una zona de seguridad” en la frontera con Ucrania.
