Al menos 30 personas, incluidos varios niños, han sido asesinados y decenas han resultado heridas tras un nuevo ataque aéreo israelí contra la escuela Fahmi al-Jarjawi, en el barrio de al-Daraj, Gaza City (Gaza, Palestina), que servía de refugio para familias desplazadas por el genocidio.
Según informan fuentes médicas a Al Jazeera, el bombardeo provocó un incendio que arrasó las instalaciones y causó la muerte de numerosos civiles que dormían en el lugar. Testigos presenciales describieron escenas de “cuerpos carbonizados y gritos de personas desplazadas atrapadas entre las llamas”.
El ejército israelí afirma que la escuela, utilizada como refugio por cientos de civiles, era un “centro de mando y control” de Hamas y la Yihad Islámica, y aseguraba que “se tomaron numerosas medidas para mitigar el riesgo para los civiles”, aunque no aportó pruebas de la presencia de combatientes armados de la resistencia en el edificio.
Desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, las fuerzas de ocupación sionistas han bombardeado cientos de lugares donde se refugiaban civiles desplazados, según datos recopilados por Al Jazeera.
El Ministerio de Sanidad de Gaza eleva ya a 53.939 los muertos por violencia directa confirmados y 122.797 los heridos en la Franja, mientras la Oficina de Medios del Gobierno local habla de más de 61.700 fallecidos, al incluir miles de desaparecidos bajo los escombros.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió que sus refugios están “desbordados” y que “no hay lugar seguro” en Gaza, donde la mayoría de la población ha sido desplazada repetidamente y las condiciones sanitarias son “críticas”.
El ataque se produce mientras el Estado español y otros países europeos y árabes, reunidos en Madrid, siguen hablando sobre “sanciones y un embargo de armas a Israel para forzar un alto el fuego” y “garantizar la entrada masiva de ayuda humanitaria en Gaza”, pero siguen sin tomar medidas concretas.
