Durante la celebración en Nápoles (Italia) de la cumbre de la OTAN sobre seguridad en el Mediterráneo, organizada en el marco del programa Neapolis 2500, se produjeron este martes protestas frente a la Prefectura de la ciudad.
Cientos de manifestantes, incluidos miembros del partido Potere al Popolo, portaban banderas palestinas y pancartas con lemas como “Nápoles rechaza la guerra y el rearme” o “Fuera la OTAN de Italia”. Denunciaban, entre otras cuestiones, el genocidio en curso en Palestina y el proceso de rearme impulsado por líderes europeos. S
egún informó el Corriere del Mezzogiorno, la protesta derivó en enfrentamientos cuando los manifestantes presionaron contra el cordón policial. Los agentes realizaron cargas de dispersión y usaron de gases lacrimógenos, mientras los manifestantes lanzaban globos con pintura roja hacia los agentes.
El portavoz nacional de Potere al Popolo, Giuliano Granato, presente en el corteo que partió desde Piazza del Gesù, denunció públicamente en Fanpage la infiltración de un joven agente de policía en actividades del movimiento.
Aunque desde fuentes gubernamentales se negó que se tratara de una operación encubierta, alegando que el agente “tenía bien visible en su red social una foto con el uniforme”, Granato declaró que “el régimen de guerra que la OTAN y los gobiernos nacionales quieren imponernos no significa solo más dinero para las armas, sino también un aumento de la criminalización hacia quienes se oponen a estos proyectos”. Añadió que la represión en las calles y el espionaje a militantes representan “realidades ante las cuales debemos indignarnos y oponernos”.
En paralelo, más de 100 representantes de 48 países y organizaciones internacionales se reunieron en la ciudad para abordar la cooperación en materia de “seguridad”.
El evento fue inaugurado con una cena oficial en Villa Doria d’Angri, mientras que las sesiones principales se desarrollan en el Comando Interforze de la OTAN.
El vicepresidente del Consejo y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, destacó en un mensaje grabado que “la seguridad en el Mediterráneo es un objetivo común y la OTAN y los socios del Sur deben trabajar juntos”.
La iniciativa, denominada Southern Neighbourhood Security Dialogue, forma parte del Plan de Acción para el Vecindario Sur aprobado en la cumbre de Washington de 2024.