Una multitud se congregó ayer por la tarde en la Plaza de la Coronación de Lizarra (Nafarroa), junto a familiares y amigos de un joven llamado Oier, para esclarecer y contextualizar los hechos ocurridos el fin de semana anterior. Y es que, la alcaldesa Marta Ruiz de Alda (UPN) agredió a Oier el pasado sábado, dándole una bofetada en plena calle. “Aunque en nuestra querida Lizarra todo el mundo sabe lo que ocurrió en realidad, creemos que es importante volver a contar la secuencia paso a paso”, explicó el padre del joven.
Oier y su amigo Iker se cruzaron en la calle con Ruiz de Alda durante el ambiente festivo de la víspera de la Virgen del Puy. Ambos están siendo investigados en el caso de los 27 de la Bajadika, por denunciar el año pasado la actitud autoritaria del ayuntamiento durante las fiestas del Puy. La alcaldesa acusa a los encausados de “haber organizado una flota de autobuses con gente de fuera para reventar la Bajadika”, y los dos jóvenes le reprocharon el sábado estar mintiendo. En ese momento, Oier le llamó “fruta mentirosa”.
Ruiz de Alda respondió de forma violenta: agredió físicamente al joven con una bofetada en público. Iker intentó calmar a la alcaldesa, pero en ese momento “dos hombres que le doblaban la edad” arremetieron contra Oier. El joven, “en un acto reflejo de defensa”, golpeó en la cara a uno de los hombres.
El martes, intoxicación de UPN y del Diario de Navarra
Días después, concretamente el martes, el Diario de Navarra publicó una “noticia parcial” sobre los hechos del fin de semana, presentando a Oier —sin mencionar su nombre— como el agresor. Por ello, sus allegados vieron la necesidad de dar explicaciones y difundieron una nota escrita. “Si no lo hubiéramos hecho, el relato manipulado del portavoz de UPN de Lizarra, publicado a través de su altavoz mediático (Diario de Navarra), habría sido tomado como verdad”, denunciaron.
Además, consideraron grave que el UPN local afirmara inicialmente en redes sociales que fue Ruiz de Alda quien recibió la bofetada y que habría necesitado puntos de sutura, lo cual era falso. Más tarde, al quedar en evidencia que ese relato era “indefendible”, tuvieron que eliminar dicha información falsa de las redes.
Miércoles, intervención de la Guardia Civil
Según el entorno de Oier, fue a través de ese artículo que se enteraron de que había denuncias contra él. El miércoles al mediodía, la Guardia Civil se presentó en casa de Iker “ante toda su familia, para obligarle a declarar como testigo en el cuartel”.
Esa misma tarde llamaron por teléfono a Oier para decirle que al día siguiente tendría que declarar como detenido. Fue con un abogado y presentó una denuncia contra la alcaldesa Marta Ruiz de Alda por la agresión física sufrida.
Contexto represivo: “Se ha ido demasiado lejos”
“Como padres, sabemos que nuestros hijos trabajan y luchan por construir una ciudad distinta a la que representa el actual ayuntamiento”, reivindicaron en la comparecencia de ayer: “Por eso el precio que les hacen pagar es tan alto. Se ha ido demasiado lejos. Hoy es Oier, y mañana puede ser cualquiera de nuestros hijos”.
Recordaron que el punto de partida del enfrentamiento del fin de semana fue la prohibición de las txosnas impuesta por el ayuntamiento de UPN el año pasado.
A raíz de aquello, el grupo musical Raimundo el Canastero compuso una canción de protesta y pronto será juzgado por ello; y después llegó la propia Bajadika, convertida en escenario de protesta contra la prohibición municipal de las txosnas, que actualmente se encuentra bajo investigación judicial.
La alcaldesa agresora fue quien suspendió la Bajadika. “Todo esto no es solo acoso contra la juventud, también es contra las familias y contra todo el pueblo”, se denunció en la comparecencia masiva de ayer.
“Ahora la señora alcaldesa está baja, muy afectada por los hechos del día 24. ¿Qué clase de afectación han sufrido entonces los miembros de Raimundo el Canastero y sus familias durante estos meses? ¿Y los 27 y sus familias? ¿Y mi hijo Oier?”, preguntó el padre de Oier.
“Allí estaremos”
“No nos van a doblegar, tenemos la conciencia muy tranquila. Pero estamos muy preocupados por las consecuencias que todo esto puede traer para Oier y para el resto de jóvenes que quieren judicializar”, añadieron.
“Nuestros hijos son jóvenes que luchan por los ideales de un mundo más justo”, reivindicaron también: “Por eso, siempre saldremos en su defensa cuando intenten destruirles, sea mediante mentiras o mediante represión (judicial, policial, económica, política o de cualquier tipo). Allí estaremos las familias y las amistades. Nuestros hijos no son delincuentes”.
