El Ministerio de Salud de Sudán informó este jueves 29 de mayo que al menos 70 personas murieron y se registraron 2.119 casos de cólera en solo dos días en el estado de Jartum, donde se encuentra la capital del país.
Según un comunicado oficial, el miércoles se reportaron 942 nuevas infecciones y 25 muertes, mientras que el martes se contabilizaron 1.177 casos y 45 fallecidos. Según recuerda DW, el brote ocurre en el contexto de una guerra que, desde hace más de dos años, enfrenta al Ejército sudanés con las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), y que ha dejado devastadas las infraestructuras básicas, especialmente las de agua y electricidad.
El Ministerio afirma que “la situación está bajo control” y que “las fuentes de agua son seguras y el sistema sanitario en la capital opera con eficiencia”. No obstante, otras fuentes entregaron evaluaciones diferentes. La directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo Oriental, Hanan Balkhy, declaró que en los últimos diez meses se han reportado 65.291 casos de cólera y 1.721 muertes asociadas en el país.
“La infraestructura diezmada, el agua insalubre y los desplazamientos masivos están alimentando esta crisis prevenible”, dijo Balkhy. Por su parte, UNICEF señaló que desde enero se han documentado más de mil casos de cólera en niños menores de cinco años solo en el estado de Jartum.
La organización también advirtió que “los continuos ataques a centrales eléctricas durante el último mes han interrumpido el suministro eléctrico y agravado la escasez de agua, afectando significativamente el acceso a agua potable”.
El Ministerio de Salud indicó que el 90 % de los casos se concentran en Jartum, especialmente en las localidades de Karari, Omdurmán y Ombada.
Aunque las autoridades del estado informaron sobre una disminución en las tasas de mortalidad e infección, así como un aumento en la recuperación de pacientes, calificándolo como “un buen indicador”, la situación sigue siendo crítica.
La OMS y UNICEF han desplegado suministros médicos y vacunas en un intento por contener la epidemia, que avanza en un país donde el sistema sanitario opera bajo condiciones extremadamente limitadas debido a los efectos prolongados del conflicto armado y empobrecimiento estructural extremo.
Implicación de actores regionales e internacionales
La implicación de las potencias mundiales y regionales en la guerra de Sudán es compleja y, aunque oficialmente la mayoría de los actores internacionales piden “el cese de hostilidades y la negociación”, existen evidencias y reportes de apoyo indirecto o encubierto a los bandos enfrentados.
El Ejército sudanés, liderado por Abdel Fattah al-Burhan, ha recibido respaldo militar, logístico y diplomático principalmente de Egipto, que comparte intereses estratégicos y de seguridad en la región. Arabia Saudí ha ofrecido apoyo político y ha mediado en negociaciones, aunque su implicación militar directa es limitada.
Entre las potencias globales, Rusia ha mantenido relaciones con el Ejército sudanés, incluyendo acuerdos militares y de minería, y ha sido señalada por medios internacionales como The New York Times y Reuters de facilitar apoyo logístico y armamento a través de empresas privadas vinculadas al Kremlin, como Wagner Group, aunque Moscú lo niega oficialmente.
Por otro lado, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo “Hemetti”, han recibido apoyo financiero, armamento y suministros de Emiratos Árabes Unidos, según informes de la ONU y de medios como BBC y Al Jazeera.
Además, han mantenido vínculos con Libia oriental, bajo el control del mariscal Jalifa Haftar, y se han beneficiado de redes de contrabando regional. Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones a líderes de ambos bandos y han intentado mediar, pero no han ofrecido apoyo militar directo y público a ninguna de las partes. Sin embargo, es probable que utilicen a potencias regionales como intemediarias. China, con intereses económicos en Sudán, ha mantenido una posición de “no injerencia”, aunque sigue de cerca la situación por sus inversiones en el sector petrolero.