Este lunes 9 de junio se ha inaugurado en Londres (Reino Unido) la primera reunión del mecanismo formal de consultas económicas y comerciales entre la República Popular China y los Estados Unidos de América, en un contexto de persistente incertidumbre que atraviesan los mercados globales y las cadenas de suministro tras la reciente escalada en las tensiones bilaterales entre las dos principales potencias mundiales.
Según recoge Reuters, la delegación china está encabezada por el viceprimer ministro, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, mientras que Estados Unidos está representado por el secretario del Tesoro Scott Bessent, el secretario de Comercio Howard Lutnick y el representante comercial Jamieson Greer.
La apertura de este mecanismo se produce después de una conversación telefónica entre el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping, y tras un acuerdo preliminar alcanzado en Ginebra en mayo, que permitió un “alto el fuego” temporal de aranceles mutuos.
Sin embargo, ambas partes se acusan de incumplimientos: Washington denuncia supuestos retrasos en la aprobación de exportaciones chinas de minerales estratégicos, mientras que Pekín critica nuevas restricciones estadounidenses sobre tecnología y visados para estudiantes chinos.
La agenda de las conversaciones en Londres incluye la supervisión del acuerdo de Ginebra, la disputa sobre el suministro de tierras raras y otros minerales críticos, así como el acceso a mercados tecnológicos.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, el objetivo es “avanzar en el cumplimiento del acuerdo y sentar bases para negociaciones más amplias”. Por el momento, la delegación china ha mantenido un perfil más bajo en sus declaraciones públicas.
Analistas y mercados financieros siguen de cerca el desarrollo de las negociaciones, que se consideran clave para la estabilidad de la economía capitalista global y la evolución de las relaciones entre ambas potencias.
