Las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en Los Ángeles (California) para reprimir las protestas por las redadas migratorias tienen permiso para detener temporalmente a civiles, según informa el mayor general Scott Sherman, comandante del operativo. Esta medida busca, en sus palabras, “proteger al personal y las instalaciones federales hasta que lleguen las fuerzas del orden para realizar arrestos formales”.
El despliegue incluye a 4.000 soldados de la Guardia Nacional y 700 Marines, enviados por orden del presidente Donald Trump sin la aprobación del gobernador estatal.
Cerca de 500 soldados han sido entrenados para apoyar a los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) durante los operativos irregulares contra la población indocumentada.
Por su parte, los Marines reciben formación especializada en control de multitudes, aunque aún no han sido desplegados en las calles.
El operativo, que tiene un costo estimado de 134 millones de dólares y durará hasta 60 días, ha generado controversia política y social en el país.
Sherman advierte que las protestas podrían intensificarse en los próximos días, aunque este miércoles se observó un ambiente algo más calmado en la ciudad.