Vance Boelter creció en Sleepy Eye, Minnesota, en el seno de una familia luterana. Según testimonios recogidos por The Washington Post, Boelter fue descrito en su juventud como “un joven amable, deportista y activo en actividades escolares”.
Sin embargo, a los 17 años, experimentó una conversión religiosa que transformó radicalmente su vida: comenzó a predicar en parques locales, incluso viviendo en una tienda de campaña, y se dedicó a difundir mensajes evangélicos con fervor.
Boelter estudió relaciones internacionales y teología práctica, formándose en instituciones como Christ for the Nations Institute, donde se graduó en 1990.
En los últimos años, su discurso público se alineó con la extrema derecha cristiana estadounidense, adoptando creencias sobre “la lucha contra el mal” y difundiendo retóricas extremistas, especialmente sobre el aborto, según expertos citados por The Washington Post.
Ya en su vida adulta, Boelter trabajó en la industria alimentaria y regresó a su ciudad natal con su esposa e hijos en 2008. Vecinos y conocidos lo describen como “una persona amable y servicial”, aunque su aparente perfil público contrasta con su ideología, que lo ha llevado a cometer los hechos que se le imputan: el asesinato de la representante estatal Melissa Hortman y su esposo, y el ataque a otro legislador y su pareja en Minnesota.
