El Estado de Israel bombardeó este miércoles el reactor nuclear de agua pesada de Arak, en el noroeste de Irán, según informa la agencia estatal ISNA y Reuters. Las autoridades iraníes afirman que la instalación fue evacuada antes del ataque y que no existe riesgo de fuga radiactiva.
El ejército israelí había advertido previamente a la población local que evacuara la zona por el riesgo de ataques a “infraestructura militar”.
Además, se han registrado explosiones en Teheran y Karaj tras ataques israelíes, mientras continúan las hostilidades en otros frentes, como Gaza, donde un ataque israelí ha dejado al menos 16 muertos y más de 100 heridos, según Al Jazeera.
El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, declaró que sigue “sopesando sus opciones” sobre una posible intervención militar estadounidense en el conflicto, mientras la embajada de EEUU en Qatar ha restringido el acceso a la base aérea de Al Udeid por motivos de seguridad.
El grupo de monitoreo NetBlocks reporta interrupciones en la conectividad de internet en Irán y empresas como Shell han advertido sobre el riesgo para el transporte marítimo y el comercio global en la región, especialmente en el estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial.
La República Islámica de Irán lanzó una salva de misiles balísticos en represalia contra el Estado de Israel, causando daños graves en cuatro puntos de las regiones central y sur bajo control israelí, entre ellos el hospital Soroka en Be’er Sheva, Tel Aviv, Holon y Ramat Gan.
El ministro de Sanidad israelí, Uriel Buso, declaró que “Irán ha cruzado una línea roja al atacar el hospital Soroka”, calificando el hecho de “crimen de guerra” según declaraciones recogidas por Army Radio y Al Jazeera.
El balance provisional es de al menos 30 personas heridas, dos de ellas en estado crítico, y daños materiales en infraestructuras civiles y financieras, incluyendo el colapso parcial del techo del hospital Soroka y daños en la Bolsa de Tel Aviv, según fuentes de Al Jazeera, Reuters y AFP.
