El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha reiterado su rechazo a la exigencia de la OTAN de elevar el gasto en defensa al 5 % del PIB, una propuesta que ha sido aceptada por parte de la Alianza Atlántica a cambio de establecer una serie de compromisos y una hoja de ruta más progresiva hacia el rearme. El plan general se debatirá en la cumbre aliada de La Haya los días 24 y 25 de junio.
Sánchez defendió en una carta al secretario general de la Alianza, Mark Rutte, que este objetivo es «irrazonable y contraproducente» y advirtió de que «la premura en los plazos forzaría a los países europeos a comprar armamento fuera de Europa, especialmente a Estados Unidos, en detrimento del desarrollo industrial propio».
En respuesta, Rutte confirmó por escrito que en la próxima cumbre de la OTAN «se otorgará a España la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana para cumplir con los objetivos de capacidad y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB», permitiendo además presentar sus «propios planes anuales». El acuerdo contempla que esta trayectoria será revisada en 2029, en función del «entorno estratégico» y los objetivos actualizados de la Alianza.
La industria militar española respalda el diagnóstico del presidente español. Francisco Sánchez, a la cabeza de Airbus España, alertó en un foro del sector de que «el riesgo es que sigamos comprando fuera, es decir, que se siga comprando en Estados Unidos y ahondando en el problema de dependencia que ya tiene Europa a día de hoy». Sánchez subrayó que «estamos 30 años por detrás» de EE. UU. en muchas tecnologías militares y que «el 5 % o el número que sea solo es relevante si tiene un plan industrial detrás», reclamando «una estrategia coordinada entre industria y Fuerzas Armadas para lograr la autonomía estratégica europea».
La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, ha respaldado públicamente la posición del Gobierno y ha asegurado que el Estado español seguirá apoyando a la OTAN «con los recursos necesarios y las capacidades operativas», recordando que ya ha duplicado su inversión militar desde 2018, hasta alcanzar el 1,43 % del PIB en 2024 y prevé llegar al 2 % este año. El acuerdo alcanzado entre Madrid y la OTAN permitirá al Gobierno español mantener temporalmente la «flexibilidad» sobre el porcentaje de gasto, siempre que cumpla los objetivos de capacidades militares pactados, sin estar obligado a alcanzar el 5 % del PIB de inmediato.