La inflación en el Estado español ha registrado en junio un incremento de dos décimas respecto a mayo, situándose en el 2,2%, según los datos adelantados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este repunte, que rompe la tendencia a la baja de los últimos tres meses, responde principalmente al aumento de los precios de los carburantes y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, productos esenciales en la cesta de la compra de la clase trabajadora.
La inflación subyacente —que excluye los alimentos no elaborados y la energía, por ser más volátiles— se mantiene en el 2,2%, igual que en mayo. En términos interanuales, la tasa general de inflación se encuentra por debajo del 3,4% de junio de 2024, aunque por encima del 1,9% de 2023, y lejos del máximo del 10,2% alcanzado en junio de 2022.
El INE también destaca que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), referencia para la comparación internacional, ha subido dos décimas hasta el 2,2%, manteniéndose la inflación subyacente del IPCA en ese mismo nivel.
El Ministerio de Economía ha señalado que este repunte se produce en un contexto de incertidumbre en los mercados energéticos globales, marcado por la guerra en Oriente Medio y sus consecuencias sobre el coste de la energía, un factor que repercute directamente en los precios de bienes y servicios básicos.
A pesar de este contexto, el Gobierno español considera que la inflación se mantiene “en niveles moderados” y que la economía española “sigue mostrando dinamismo dentro del contexto europeo”. Además, creen que la evolución salarial “está permitiendo que los hogares mantengan o mejoren su poder adquisitivo”, aunque diversos estudios sugieren lo contrario. El dato definitivo de inflación del mes de junio se publicará el próximo 15 de julio.
