Arrestan a un neonazi reincidente en Valladolid por patear el cráneo a un joven antifascista

El agresor, vinculado a grupos fascistas y con antecedentes por delitos de odio, ha quedado en libertad tras producirle un hundimiento craneal y roturas faciales.

Imagen de archivo de una pancarta de la Coordinadora Antifascista de Valladolid.
Foto: @AntifaValladoli (X)

Un hombre de ideología neonazi fue detenido en Valladolid (Castilla y León) el 24 de junio, acusado de tentativa de homicidio tras patear la cabeza de un joven antifascista con un calzado de puntera reforzada, según fuentes policiales consultadas por El País. El ataque, ocurrido la noche del 7 de junio frente a un bar, se produjo sin incidentes previos, motivado únicamente por la apariencia de izquierdas de la víctima, que tuvo que ser hospitalizada durante ocho días por hundimiento frontocraneal y múltiples fracturas faciales. La subdelegación del Gobierno español advirtió que “un golpe más hubiera podido provocar la muerte del joven por riesgo de incrustarse el hueso del cráneo en el cerebro”.

Los hechos sucedieron en noche del 7 de junio, cuando el agredido se encontraba con una amiga frente a un bar de ocio nocturno. Tres jóvenes le sorprendieron por la espalda y lo tiraron al suelo con una zandacilla. Inmediatamente comenzó una discusión y uno de los jóvenes empezó a pegar patadas a la víctima en la cabeza y en el abdomen, hasta que perdió el conocimiento. Los atacantes huyeron.

El detenido, miembro de grupos neonazis, ya había protagonizado agresiones previas por delito de odio. El año pasado fue arrestado por atacar a jóvenes de izquierdas, uno de ellos con una camiseta antifascista, en otro local nocturno de la ciudad. La investigación policial señala que la agresión se debió únicamente a la apariencia de la víctima, asociada a colectivos contrarios a la ideología del agresor.

La capital ha experimentado un aumento de ataques fascistas contra personas de estética o ideología izquierdista y LGTBI en los últimos meses. El agresor fue puesto en libertad tras declarar ante el juez, con la obligación de comparecer cada 15 días y únicamente con la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima hasta que haya una resolución judicial firme.