Las Fuerzas Armadas de Rusia ha lanzado el mayor ataque aéreo con drones desde el inicio de la guerra en Ucrania, disparando 728 drones y al menos 13 misiles contra diferentes regiones del país durante la noche del 8 al 9 de julio, según confirmaban las fuerzas aéreas ucranianas y medios internacionales de ambos bandos. La ciudad de Lutsk, en la región de Volinia, fue uno de los principales objetivos, junto con Kiev y otras localidades del oeste y centro de Ucrania. El gobernador regional, Ivan Rudnytskyi, detalló que cerca de 50 drones y cinco misiles sobrevolaron Lutsk, mientras que en Kiev se activaron las defensas aéreas y se reportaron explosiones en el centro de la ciudad.
Las autoridades ucranianas informaron que los sistemas de defensa lograron derribar algunos drones y misiles, aunque varios artefactos lograron impactar infraestructuras industriales y zonas residenciales, provocando incendios y daños materiales en al menos 14 localidades. Se reportaron heridos en la ciudad de Brovary, en el área metropolitana de Kiev, y en la región de Zaporiyia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, calificó el ataque como “revelador” de la negativa rusa a negociar un alto el fuego y reclamó a Occidente la aceleración en la entrega de sistemas militares y sanciones más severas contra Moscú.
Este ataque récord se produce en un contexto de escalada militar y política, con Washington anunciando la reanudación del envío de armas defensivas a Ucrania tras las críticas del presidente Donald Trump a Vladimir Putin. La ofensiva aérea masiva subraya el papel central de los drones en el conflicto y marca un nuevo punto de inflexión en la guerra, que ya supera los tres años de duración.
Problemas en el suministro de misiles antiaéreos
El ataque masivo con drones por parte de Rusia ha puesto de relieve el grave problema de suministro de misiles antiaéreos que enfrenta Ucrania. Las autoridades ucranianas han advertido en repetidas ocasiones que los sistemas de defensa aérea, especialmente los Patriot y NASAMS, están bajo presión debido al ritmo de los ataques rusos y la escasez de misiles interceptores.
El propio presidente Zelensky ha solicitado públicamente a Estados Unidos y a sus aliados europeos que aceleren el envío de munición y sistemas de defensa adicionales para mantener la capacidad de proteger las ciudades y la infraestructura crítica.
En Estados Unidos, el Congreso ha aprobado recientemente nuevos paquetes de ayuda militar, pero el ritmo de entrega de misiles antiaéreos sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda ucraniana, según fuentes oficiales y analistas militares. La industria armamentística estadounidense enfrenta dificultades para aumentar la producción de interceptores Patriot y otros misiles avanzados, lo que limita la capacidad de respuesta ante ataques aéreos masivos como el registrado esta semana. Las autoridades ucranianas insisten en que el éxito de su defensa aérea depende directamente del suministro sostenido y rápido de misiles y sistemas modernos por parte de sus aliados.