El domingo 27 de julio se celebraron elecciones municipales en la República Bolivariana de Venezuela, donde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo la mayoría de las alcaldías, adjudicándose 285 de las 335 en disputa, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE). La votación tuvo una participación estimada del 44%, considerada baja en comparación con procesos anteriores, mientras que la oposición mantuvo municipios como Chacao y Baruta en Caracas.
El proceso electoral contó con la presencia de más de 600 observadores internacionales, entre ellos representantes de la ONU, el Centro Carter, la Unión Africana y expertos de 65 países, así como misiones de redes regionales, quienes fueron desplegados en los centros de votación para monitorear el desarrollo de la jornada. Según el CNE, la operación de los colegios fue completa y se reportó tranquilidad generalizada en los centros de votación durante el día, mientras los observadores valoraron positivamente la transparencia en las etapas técnicas del proceso electoral y la apertura de las mesas, aunque organizaciones como la ONU y el Centro Carter elaborarán informes más detallados.
En el plano político, tanto el chavismo como sectores de la oposición ratificaron sus posturas encontradas: mientras el PSUV celebró la jornada como un “ejercicio democrático ejemplar”, algunos portavoces opositores cuestionaron denunciaron “falta de garantías”. Sin embargo, los informes preliminares de las misiones de verificación internacional no respaldan las acusaciones de la oposición.