La Policía Municipal de Bilbao (Bizkaia) protagonizó ayer a plena luz del día un nuevo ataque racista en el Casco Viejo. Tal como se puede apreciar en varios vídeos publicados en redes sociales, los agentes se abalanzaron violentamente sobre una persona migrante: la tiraron al suelo y la mantuvieron inmovilizada contra el suelo durante minutos, entre tres policías. Al menos dos agentes se pusieron encima de la persona mientras le colocaban las esposas.
Mientras los agentes retenían violentamente a esa persona, se reunió bastante gente alrededor y no fueron pocos quienes empezaron a grabar lo sucedido. Los policías cargaron también contra ellos: a varios de esos vecinos los agentes les llamaron “payasos”, entre otras cosas.
“Denunciamos firmemente la persecución policial contra los sectores proletarizados y migrantes”, ha declarado el Consejo Socialista de Bilbo al informar del ataque policial racista de ayer. Han llamado a luchar contra la impunidad policial y han reivindicado la solidaridad de clase frente a este tipo de agresiones.
De nuevo contra los vendedores ambulantes, con bulos de por medio
Como ha pasado varias veces en Bilbo, los cuerpos policiales también han arremetido contra los migrantes que se dedican a la venta ambulante recientemente. Estos vendedores sufren sistemáticamente la persecución tanto de la Policía municipal como de la Ertzaintza, y el sábado pasado la policía volvió a provocar momentos de tensión en la Gran Vía cuando empezaron a requisar la mercancía a varios vendedores.
Cuando la policía se llevó su material, los vendedores reaccionaron con enfado y hubo instantes de tensión. Los agentes respondieron con golpes, un operativo en el que participaron alrededor de 40 policías.
Como tantas veces antes, estos hechos ocurrieron en las inmediaciones de El Corte Inglés. Varias cuentas han difundido un relato falso sobre lo sucedido en redes sociales, entre ellas algunos perfiles fascistas y “sindicatos” policiales: han afirmado que los vendedores ambulantes intentaron entrar a la fuerza en la comisaría de la Policía Municipal, aunque en las imágenes se puede ver claramente que las grabaciones están tomadas en El Corte Inglés y que en ningún momento se observa ningún ataque por parte de los vendedores.
