La Policía Nacional española detuvo este miércoles a un obrero acusado de participar en los altercados ocurridos durante la huelga del metal en Cádiz (Andalucía) el pasado 18 de junio, según recoge Diario de Cádiz. La detención, anunciada con imágenes al estilo de las redadas contra el narcotráfico y el "crimen organizado", se ha realizado en el marco de la llamada operación 'Fuego'. La policía atribuye al trabajador detenido varios delitos por acciones calificadas como "desórdenes". Con la última detención, asciende a 25 la cifra total de arrestados implicados en la lucha del metal.

La represión policial se produce después un conflicto laboral prolongado en la industria del metal en Cádiz, donde miles de trabajadores desbordaron la habitual estrategia conciliadora de UGT y CCOO para exigir mejores condiciones y derechos frente a la ofensiva empresarial y los ajustes negociados mediante tácticas de lucha combativas. Mientras tanto, la respuesta de las instituciones ha sido implacable: endurecimiento de la vigilancia, detenciones y sanciones contra obreros huelguistas, evidenciando una estrategia orientada a frenar y debilitar el sindicalismo combativo a represión policial y judicial, legitimada con la ayuda de los medios de comunicación.

La sombra de 'la Social'

La operación ha sido orquestada basándose en las investigaciones de la Brigada de Información de la Policía Nacional española, unidad policial heredera directa de la Brigada Político-Social de la dictadura franquista, cuya función central fue reprimir y castigar a opositores políticos y obreros en lucha, empleando métodos como la tortura y la vigilancia extrema. Su actuación representa una continuidad histórica en la criminalización de la lucha obrera en el Estado español.