“Paguitas” para policías y militares: sus hijos acaparan alrededor del 15% de las ayudas de comedor escolar en Madrid
La Comunidad privilegia con subsididios del 100% el comedor para hijos de policías, guardias civiles y militares, mientras miles de niños vulnerables quedan excluidos.

Los hijos de policías, guardias civiles y militares concentran ya el alrededor del 15% de las becas de comedor escolar en la Comunidad de Madrid, un dato que coincide con la decisión del Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso de subvencionarles este curso escolar 2025-2026 el 100% del coste del comedor, y que ha aumentado progresivamente desde el curso 2021-2022, cuando concentraban el 13% del total, según datos oficiales.
Desde 2020, el gobierno regional que preside Díaz Ayuso subvenciona íntegramente el servicio de comedor para estas familias, sin que importe su nivel de renta. Esta política regresiva pretende compensar, según la administración, "el déficit estructural de agentes en la región y fomentar que estos profesionales elijan Madrid como destino". Además, la medida privilegia a las familias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por consideradas como colectivos de “especial dedicación” y “riesgo”, y se suma a la inclusión de los hijos de militares en la convocatoria para el curso 2025-2026, ampliándoles el acceso a estas ayudas sociales.
Sin embargo, la realidad social muestra que miles de niños de familias obreras en situación de vulnerabilidad económica no pueden acceder a estas becas al no cumplir los estrictos requisitos de renta o por errores burocráticos, provocando situaciones límite para las familias afectadas. Se estima que la mayoría de los beneficiarios generales de las ayudas de comedor provienen de familias con ingresos por debajo de 8.400 euros anuales per cápita, cifra de corte para la concesión de la ayuda completa. Sin embargo, las familias vinculadas a las fuerzas del Estado gozan de un trato preferencial que no contempla estos límites.
Además, la dotación económica para becas de comedor en Madrid es de unos 68 millones de euros, la misma que el año pasado, pese a que el número de solicitantes ha aumentado, lo que agudiza la competencia por estas migajas y genera inequidades evidentes en la distribución de ayudas. Todo ello, mientras las ayudas de subsistencia para los sectores más empobrecidos y marginados de la sociedad son despreciadas, estigmatizadas y rebautizadas como "paguitas" por el sentido común y la extrema derecha, cada vez más parecidos entre sí. Curiosamente, no es habitual que nadie denomine así a los privilegios de los estamentos policiales y militares.
Expertos en políticas sociales y miembros de asociaciones de madres y padres advierten que este tipo de asignaciones refuerzan desigualdades estructurales y favorecen la consolidación de privilegios para grupos vinculados a instituciones policiales y militares, en detrimento de los sectores más desfavorecidos. Las críticas remarcan que el comedor escolar debe ser un derecho universal, procurando superar las desigualdades estructurales y garantizando el acceso a alimentación para quienes más lo requieren, sin privilegios basados en "profesiones" asociadas al poder institucional.
Mientras tanto, la Comunidad de Madrid hace oídos sordos a las críticas y redobla estas subvenciones en un contexto marcado por el aumento persistente de la pobreza infantil y la precariedad social.