Meredith Whittaker, presidenta de la Signal Foundation, organización que desarrolla la aplicación de mensajería encriptada Signal, lanzó este viernes una advertencia pública al Gobierno alemán tras conocerse que Berlín estaría reconsiderando su postura sobre la propuesta europea de Chat Control 2.0. Esta normativa permitiría el escaneo masivo de todos los mensajes, fotos y vídeos enviados desde cualquier dispositivo, bajo el pretexto de "combatir el abuso infantil".

Whittaker advierte de que, si Alemania abandona su histórica defensa formal de la privacidad, “se pondría fin al derecho a la comunicación privada en Europa” y se repetirían “errores del pasado” vinculados a la vigilancia estatal. La dirigente de Signal denuncia que la iniciativa europea introduce la llamada client-side scanning, un sistema que evaluaría automáticamente el contenido de cada mensaje mediante bases de datos o modelos de inteligencia artificial controlados por los gobiernos.

“Es una idea aterradora: anula la premisa básica del cifrado de extremo a extremo”, afirmó Whittaker, señalando que la medida abriría puertas de acceso a piratas informáticos, potencias hostiles y agencias de espionaje, convirtiendo los teléfonos y ordenadores personales en "instrumentos de inspección permanente".

"Incluso los servicios de inteligencia reconocen que sería catastrófica para la seguridad nacional"

"La amenaza es tan grave que incluso los servicios de inteligencia reconocen que sería catastrófica para la seguridad nacional", subrayó. Whittaker recordó que "no existen puertas traseras seguras que solo permitan entrar a los “buenos": "Lo que proponen es, en efecto, una vigilancia masiva sin restricciones". Según la fundación, el Chat Control pondría en riesgo no solo la privacidad de los habitantes, "sino también de funcionarios públicos, militares, periodistas o activistas".

Whittaker aseguró que Signal no participará en la implementación de ningún sistema de espionaje integrado en su aplicación. "Si se nos obliga a elegir entre construir una máquina de vigilancia o abandonar el mercado, nos iremos", advierte. La presidenta instó al Ministerio de Justicia alemán a "mantenerse firme" y frenar una normativa que, según afirmó, "podría destruir la seguridad económica, social y política de Europa".