Tras la fusión que oficializó la creación de MásOrange en 2024, la empresa se posicionó como la operadora líder del Estado español, en posesión de datos personales y hábitos de más del 50% de los ciudadanos y más de la mitad de los hogares, con más de 7,2 millones de líneas de fibra activas y 25,8 millones de móviles usando su cobertura. La compañía, dirigida por Meinrad Spenger, no solo comercializa servicios telemáticos, sino que explota esa base de datos para lanzar negocios paralelos como seguros, electricidad y alarmas, ampliando un abanico de explotación comercial sobre la propia vida diaria de millones de seres humanos.

El nuevo negocio publicitario, Advertising, pone a disposición de marcas y anunciantes esta ingente masa de datos con una peculiaridad inquietante: los usuarios dejan de ser clientes y pasan a ser producto. MásOrange procesa datos "anónimos" —según aseguran— con inteligencia artificial, capaz de analizar 24.000 millones de datos en 2 segundos, segmentando públicos y prediciendo intereses y patrones de conducta para impactar la publicidad online y en mobiliario urbano, desde marquesinas que actualizan anuncios personalizados hasta campañas hipersegmentadas de diversas marcas líderes como Samsung, Loewe, Cetelem y Abanca.

Colaboran en ello decenas de marcas y se apoyan en ejemplos biográficos detallados que identifican perfiles y comportamientos individuales en la vida real, potenciando un modelo publicitario similar al de grandes tecnológicas como Google, pero presumiendo acceso a “usuarios reales y cualificados, sin bots”. MásOrange asegura que "no se incrementa el spam ni la presión publicitaria generalizada", sino que mejora "la eficiencia" para anunciar “por el medio y a la persona adecuada”, siempre “respetando el anonimato y la privacidad” del usuario, aunque el debate sobre privacidad sigue abierto.

Este escenario se inscribe dentro de un entramado mayor en que otras operadoras como Telefónica ya venden datos de actividad para usos tan diversos como análisis de tráfico, turismo, comercio y valoración crediticia. MásOrange también incorpora Utiq, una “supercookie” que perfila líneas móviles y de fibra con gran precisión, complicando aún más el control efectivo sobre los datos personales. Esta transformación convierte a las telecomunicaciones en una fuente de vigilancia, control y monetización sobre la población que afecta transversalmente a la sociedad en su conjunto.