La tarde de este jueves, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Francisco Franco, varios fascistas celebraron en la iglesia de Santa Marina la Real de León (Castilla y León) una misa en homenaje al dictador y al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera. La misa franquista, respaldada por varios feligreses, reavivó la lucha local contra la legitimación pública de un régimen criminal responsable de represión política, ejecuciones y trabajo forzado para millones de trabajadores en el Estado español.

Mientras los asistentes aguardaban para acceder al templo, varios antifascistas, principalmente jóvenes, se concentraron ante el pórtico de la iglesia con una pancarta que rezaba Ayer y hoy contra el fascismo. Señalaron el acto como inaceptable y acusaron a los organizadores de exaltar de la dictadura y sus figuras más destacadas. Los manifestantes denunciaron que el homenaje se sostiene gracias a la connivencia institucional y a la cobertura histórica que la Iglesia católica española ha brindado al franquismo desde el golpe de 1936.

La policía desplegada en la zona actuó como barrera entre ambos grupos, protegiendo el acceso de los fascistas al interior del templo. Durante el comienzo de la ceremonia, algunos participantes del acto salieron momentáneamente hacia donde se encontraban los manifestantes, lo que generó un cruce de gritos. Los antifascistas corearon lemas como Fascista y cura, la misma basura, expresando el rechazo a la implicación eclesiástica en actos de reivindicación fascista.

Tras el breve incidente, la misa pudo continuar sin interrupciones dentro del templo, gracias a la protección policial, mientras los antifascistas insistían en el exterior que este tipo de celebraciones blanquean el legado de una dictadura. Al término de la ceremonia, la policía escoltó a los asistentes y controló a los manifestantes, por caminos separados.