El borrador de un "plan de paz" de 28 puntos negociado por el enviado estadounidense Steve Witkoff y el enviado ruso Kirill Dmitriev, al que accedieron varios medios internacionales como Wall Street Journal, Politico, Bloomberg, Axios y Al Jazeera, propone que Ucrania acepte la cesión de Crimea, Donetsk y Lugansk como territorios “reconocidos de facto como rusos, también por Estados Unidos”. Además, el documento plantearía, entre otros puntos, limitar el tamaño de las Fuerzas Armadas ucranianas, impedir la adhesión a la OTAN mediante una reforma constitucional, mantener las tropas extranjeras fuera de su territorio, retirar armamento ofensivo, levantar paulatinamente las sanciones contra Rusia, devolver los fondos congelados, reconocer del ruso como idioma oficial en Ucrania, formalizar el estatus de la Iglesia Ortodoxa rusa en el país y una "nueva arquitectura de seguridad europea que incluya a Rusia". El plan incluye un acuerdo para que Washington obtenga el 50% de los beneficios de un fondo con activos rusos congelados destinado a "reconstrucción e inversiones".

Según Bloomberg, la Casa Blanca confirmó que el presidente Donald Trump respalda el borrador, mientras que la portavoz Karoline Leavitt afirmó que “es un buen plan para ambas partes”, aunque evitó entrar en detalles mayores sobre el contenido filtrado a la prensa y no confirmado oficialmente. Axios mencionó que el texto "establecería una garantía de seguridad de EE.UU. para Ucrania a cambio de concesiones territoriales". El presidente ucraniano Volodimir Zelensky confirmó que ya ha recibido el texto, que lo está revisando y que lo discutirá con Trump “en los próximos días”. También señaló que su equipo trabajará con Washington en los “puntos del plan para poner fin a la guerra”.

Europa frunce el ceño

Las reacciones europeas han sido rápidas y contrarias. El primer ministro británico Keir Starmer declaró, según Bloomberg, que “el futuro de Ucrania debe ser determinado por Ucrania” y que cualquier acuerdo “debe contar con su consentimiento”. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, reiteró que “ninguna iniciativa puede avanzar sin Kiev”. Desde Bruselas, el ministro francés Jean-Noel Barrot advirtió que “la paz no puede ser una capitulación”. El Kremlin, por su parte, rebajó expectativas y el portavoz Dmitri Peskov afirmó que por el momento no existen “consultas” formales en marcha, solo “contactos”.

Mientras tanto, siguen los combates en el frente. Al Jazeera informó sobre un ataque aéreo sobre Ternopil dejó al menos 26 muertos y decenas de heridos, según el Ministerio del Interior ucraniano. Rusia, por su parte, declaró que ha tomado Kupiansk y grandes partes de Vovchansk y Pokrovsk, cosa que Kiev niega. Zelensky consideró a través de Telegram que los bombardeos y los cortes de electricidad en varias regiones muestran que “la presión sobre Rusia es insuficiente”. Sin embargo, la carta que le ha hecho llegar Trump a su mesa sugiere que ahora la presión no se encuentra sobre el Kremlin, sino sobre el Gobierno ucraniano.