El ejército de Guinea-Bissau ha consumado un nuevo golpe de estado nombrando al general Horta Inta-A como jefe de un gobierno de transición de un año, tras arrestar al presidente Umaro Sissoco Embalo y suspender la publicación de los resultados de las elecciones presidenciales. Según ha confirmado Al Jazeera, los militares justifican su acción para "evitar la manipulación de resultados electorales", en un país que acumula nueve intentos de golpe desde su independencia de Portugal en 1974.

La crisis estalló cuando tanto el presidente Embalo —señalado como un "títere de Occidente"— como el candidato opositor Fernando Dias se declararon vencedores en los comicios del domingo, un fenómeno habitual en varios países de África. El brigadier general Denis N'Canha, exjefe de la guardia presidencial, lideró el asalto al palacio presidencial donde se produjeron intercambios de disparos, imponiendo después toque de queda y cerrando fronteras, en lo que la oposición denuncia como una "simulación" para mantener el poder.

Al principio, Embaló fue arrestado el 26 de noviembre durante el golpe militar encabezado por N'Canha, que irrumpió en el palacio presidencial y lo detuvo junto a varios ministros y al candidato opositor Fernando Dias. Sin embargo, tras apenas unas horas de detención y con la mediación rápida de la CEDEAO (ECOWAS) y del gobierno senegalés, Embaló fue finalmente liberado y evacuado en un vuelo militar hacia Dakar, donde permanece actualmente como refugiado desde este jueves. Por tanto, el general Horta Inta-A gobierna de facto el país mediante un gobierno militar de transición de un año.

El 70% de su población bajo la pobreza

Guinea-Bissau, con estimaciones que cifran que el 70% de sus 2,2 millones de habitantes viven en la pobreza, se ha consolidado como centro del narcotráfico entre América Latina y Europa. Analistas internacionales señalan que los cárteles, nacidos de la propia situación de miseria, aprovechan la inestabilidad política para operar con complicidad del Ejército, en un país donde el exjefe de la marina fue condenado en EE.UU. por narcotráfico.

Guinea-Bissau en el tablero mundial

En el ámbito geopolítico, Guinea-Bissau se erige como un punto estratégico en África Occidental, atrayendo inversiones de capital de China, Portugal, Estados Unidos e India, según datos del Banco Mundial y portales de comercio internacional. Concretamente, China lidera las aportaciones en exploración petrolera offshore y construcción de infraestructuras, mientras que Portugal, como anterior potencia colonial del país, mantiene un rol poscolonial influyente en el turismo de las islas Bijagós y tratados bilaterales de inversión firmados en 2010. Estados Unidos invierte en sectores energéticos y bancarios, como la adquisición de BICIGUI por Vista Bank en 2021, e India se centra en el procesamiento de anacardos, principal exportación del país.

Comercialmente, Guinea-Bissau depende de la Unión Europea (segundo socio con un 17% del comercio total en 2023) y la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA), con acuerdos como el Acuerdo de Asociación Económica con la UE que facilitan exportaciones libres de aranceles de productos como el pescado congelado y los aceites.

En el plano militar, destaca la Misión Angoleña de Apoyo a la Seguridad (MISSANG), desplegada desde 2011 con 249 efectivos para reformar las fuerzas armadas, y los acuerdos con EE.UU. a través de cursos de operaciones "cívico-militares" impartidos por el Ejército de Reserva en 2024. Senegal y Guinea también han intervenido históricamente en mediaciones ECOWAS, como el Acuerdo de Abuja de 1998.

Las facciones en disputa —el presidente Embaló, respaldado por su coalición de más de 20 partidos y la oposición liderada por Fernando Dias con el aval del Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC)— muestran las grietas tras el golpe. Embaló, quien buscaba un segundo mandato, cuenta con apoyo de ECOWAS y la Unión Africana, que condenaron el golpe y lo han protegido a su salida. También se le señalan presuntos lazos con redes de narcotráfico que facilitan su control sobre el Ejército, un "control" que se le ha escapado. La oposición, que acusa al golpe de ser una "simulación" orquestada por Embaló para invalidar resultados preliminares favorables a Dias, recibe respaldo de parte de la población local.

¿Vientos del Sahel o "simulación"?

Analistas internacionales consideran que esta ruptura política, aunque sin promotores extranjeros explícitos más allá de la presión regional de ECOWAS para "restaurar la democracia", podría abrir otro espacio a influencias a Rusia, que ya ha mostrado interés en el Sahel. La respuesta evidencia la creciente fractura en África Occidental, donde Mali, Burkina Faso y Niger formaron recientemente la Alianza de Estados del Sahel en revoluciones políticas. Ahora, observadores internacionales se preguntan si Guinea-Bissau camina en la misma dirección o si la "simulación" que denuncia la oposición es cierta.

Por el momento, la Unión Africana y la ECOWAS han emitido sus habituales condenas y sus observadores electorales permanecen atrapados en el pequeño país castigado por la pobreza estructural, la corrupción, el narcotráfico y las disputas entre camarillas militares. Esto convierte a Guinea-Bissau en un polvorín permanente más en África, donde las instituciones sucumben con facilidad a las intervenciones de diversos sectores de las fuerzas armadas.