El enviado de Trump viaja a Moscú para negociar el fin de la guerra en Ucrania
Steve Witkoff, amigo personal del presidente estadounidense, se reunirá con Putin tras un encuentro secreto con la delegación de Kiev y filtraciones que muestran sus acuerdos con el Kremlin.
Las negociaciones sobre la guerra de Ucrania avanzan con cautela. El enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, viaja este lunes a Moscú (Federación Rusa) para reunirse directamente con el presidente ruso Vladimir Putin, en una nueva fase de las negociaciones sobre la guerra de Ucrania que excluye la participación ucraniana en las conversaciones bilaterales clave. La visita fue confirmada por un funcionario del gobierno de Donald Trump a la agencia EFE, tras un encuentro de más de cuatro horas entre Witkoff, el secretario de Estado Marco Rubio y una delegación ucraniana en Florida este domingo. Rubio calificó la reunión como "productiva" pero reconoció que queda "mucho trabajo por hacer", lo que sugiere que Kiev podría haber cedido en algunos puntos.
La gestión de Witkoff, amigo personal de Trump, se ha visto criticada tras filtraciones que revelaron que estaría de acuerdo con algunas peticiones rusas significativas. Conversaciones divulgadas muestran que Witkoff sugirió a funcionarios rusos que elogiar a Trump "ayudaría a suavizar" una llamada con Putin, e incluso propuso que el mandatario ruso llamara al presidente estadounidense antes de la visita del ucraniano Volodimir Zelensky a Washington en octubre. Ante las críticas, Trump defendió a su enviado argumentando que "eso es lo que hace un negociador", mientras el propio Putin le dio un espaldarazo público el jueves pasado.
El viaje llega en un contexto donde la diplomacia estadounidense opera en dos canales paralelos: las conversaciones formales con Ucrania y las negociaciones directas con Rusia que dejan al margen al gobierno de Kiev. Rubio admitió ante la prensa que Rusia es "la otra parte implicada que tendrá que formar parte de la ecuación", confirmando que Witkoff ha mantenido contacto previo con Moscú y conoce "bastante bien sus puntos de vista".
Esta estrategia sigue la tendencia de la administración Trump de privilegiar acuerdos bilaterales con potencias rivales sobre los llamados "mecanismos multilaterales", dejando en segundo plano a los aliados como Ucrania y la UE, directamente afectados.
En el frente
Fuentes rusas y ucranianas reportan una situación tensa y dinámica en el frente. Recientemente, se han registrado avances rusos graduales pero constantes en el este, particularmente en la región de Donetsk, donde las fuerzas del Kremlin han capturado más de 900 km² en lo que va del año, acercándose a objetivos importantes como la ciudad de Pokrovsk, donde duros combates han resultado en la pérdida de 128 km² solo en la última semana. Paralelamente, Moscú sigue presionando hacia Chasiv Yar y Kurakhove, con el objetivo de consolidar el control total del Dombass. Ucrania aguanta vagamente, aunque reporta contraataques exitosos en algunas áreas como el centro de Pokrovsk y algunas operaciones de drones que habrían dañado refinerías rusas en Saratov y Rostov, así como sistemas de defensa aérea en Crimea.
Las fuerzas de Kiev se encuentran ante un serio aprieto: sufre escasez de tropas (con más de 110.000 deserciones en el primer semestre), destrucción del 70-80% de su generación térmica eléctrica que provoca apagones de 16-20 horas diarias en invierno, y un total de bajas ucranianas estimadas superando las 46.000 muertes confirmadas desde 2022. Rusia, aún con pérdidas estimadas en más de 1 millón de bajas (incluyendo 250.000 muertos), mantiene una superioridad en artillería (4,5 millones de proyectiles en 2025 frente a 1,5 millones de la OTAN) y con una situación mucho más holgada en cuanto a reclutamiento, con 30.000-40.000 soldados reclutados al mes, al tiempo que intensifica ataques aéreos con misiles y drones. Recientamente, golpeó Kiev con 36 misiles y 600 drones. En el norte, se han registrado incursiones rusas en Kursk y Sumy, frenando los avances ucranianos. En el sur, siguen los combates intensos cerca de Huliaipole en Zaporiyia, una situación descrita como "realmente difícil", según el Estado Mayor ucraniano.