El gran capital francés formaliza su relación con Agrupación Nacional ante su posible victoria en 2027
Lobbies patronales como el MEDEF y grandes empresas del CAC40 consolidan su influencia sobre el partido de Le Pen para pulir su programa y garantizar la continuidad de las políticas neoliberales.
La gran patronal francesa está consolidando y haciendo pública su alianza de largo plazo con el Agrupación Nacional (RN), formalizando una relación que algunos sectores de la oligarquía ya mantenían parcialmente o en la sombra, ahora que la extrema derecha se perfila como fuerza de gobierno para 2027. Según un reportaje publicado por Politico este fin de semana, figuras del MEDEF —el principal lobby patronal— y directivos de empresas del índice bursátil CAC40 están manteniendo reuniones a puerta cerrada con Marine Le Pen y Jordan Bardella, a quienes hasta hace poco decían considerar "agitadores económicamente analfabetos". Un alto directivo anónimo admitió ante el medio que el último año ha sido un "punto de inflexión" porque los líderes empresariales se habrían dado cuenta que los ultraderechistas "de repente están en el umbral del poder".
Este giro estratégico expone la adaptación apartidista de las élites económicas y la normalización política de la extrema derecha, ahora vista y apoyada como un posible partido de Gobierno. La alta burguesía, a través de sus lobbies, buscan especialmente influir en Bardella —considerado aún más "proempresarial" y "permeable" que Le Pen—, aunque sus recientes propuestas de que el Banco Central Europeo compre deuda francesa hayan generado cierto escepticismo entre los sectores más ortodoxos de la oligarquía. Su objetivo es claro: RN adopte un programa económico dictado directamente por los intereses del gran capital.
La operación político-económica se ha desarrollado en eventos como el Salón Aeronáutico de París y la conferencia del MEDEF en la pista central de Roland Garros, coordinada por intermediarios como el financiero François Durvye, colaborador estrecho del multimillonario de ultraderecha Pierre-Édouard Stérin, lo que demuestra que el nuevo fascismo francés ya contaba con promotores y apoyos previos en la clase empresarial, por lo que estos nuevos contactos, más que inaugurar una relación con la oligarquía financiera y la patronal, sirven para ampliar y profundizar estas relaciones con más sectores y llevar su influencia al más alto nivel.
Sin embargo, el partido muestra algunas contradicciones internas entre su ala aparentemente más "proteccionista/populista" —representada por Le Pen y sus bases en las regiones industriales— y el sector parisino más "liberal", que orbita alrededor de Bardella. En las negociaciones presupuestarias recientes, los diputados del RN han votado a favor de subidas de impuestos y de la rebaja de la edad de jubilación, y se abstuvieron en una iniciativa de la izquierda para nacionalizar la siderúrgica ArcelorMittal, un gesto que ha sido visto como "populista" desde los sectores más liberales y como "proliberal" desde la izquierda. Un CEO anónimo del CAC40 mostró la presión de la patronal al respecto, calificando al partido de "imprudente" y exigiendo "estabilidad" por encima de todo, según Politico.