El centro de Barcelona vivió este 9 de diciembre una jornada de paro general convocada por Élite Taxi, donde centenares de taxistas ocuparon arterias clave como la Gran Vía y el Paseo de Gràcia para defender su medio de vida frente a la competencia de plataformas VTC como Uber y Cabify. Alrededor de 1.500 vehículos, según organizadores, bloquearon el tráfico durante horas, con más de 300 piquetes en aeropuertos y estaciones. Esta acción, que paralizó el servicio de 10:00 a 16:00, subraya la lucha de trabajadores regulados que ven en las VTC un modelo que opera al margen de la ley, acumulando miles de sanciones sin consecuencias efectivas.

El contexto de esta movilización radica en la tramitación parlamentaria de la Ley de Transporte de Personas en Vehículos de hasta Nueve Plazas, registrada en septiembre por PSC, ERC, Junts, Comuns y CUP, que reserva los trayectos urbanos al taxi y limita drásticamente las licencias VTC, eliminando progresivamente unas 600 en el área metropolitana y relegando el resto a servicios interurbanos con precontratación. Los taxistas exigen que no se diluya esta norma ante presiones de lobbies, y reclaman la aplicación inmediata del Decreto 9/2022 para inspecciones y sanciones más duras. Durante la protesta, Élite Taxi presentó una denuncia ante la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO) contra Uber y flotas asociadas por actuar como un "cártel" que dicta precios y rutas, ignorando normativas y erosionando un servicio público esencial.

Pese a la división interna, asociaciones como STAC, ATC y PakTaxi se desmarcaron por considerar la convocatoria precipitada y priorizar negociaciones laborales, la jornada evidenció la determinación de muchos conductores ante un sector al borde del colapso, con pérdidas millonarias acumuladas. El líder de Élite, Tito Álvarez, advirtió frente a Foment del Treball (Patronal catalana) que, sin aprobación de la ley antes de marzo de 2026, habrá huelga indefinida, recordando que las plataformas VTC no solo compiten deslealmente, sino que fomentan condiciones precarias para sus propios conductores.