El Partido Nacional hondureño denuncia un "autogolpe" tras retrasos en el escrutinio electoral
La oposición derechista exige un nuevo recuento "transparente" que le otorgue definitivamente la victoria, mientras afloran los llamados a la intervención de las Fuerzas Armadas.
Honduras vive días de alta tensión política tras las elecciones generales del 30 de noviembre, con el Partido Nacional denunciando un supuesto "autogolpe" por parte del expresidente Manuel Zelaya, coordinador del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), a quien acusan de obstaculizar el escrutinio electoral y retrasar la declaración oficial de resultados.
El jefe de la bancada fascista del Partido Nacional en el Congreso, Tomás Zambrano, alertó a la comunidad internacional de un "autogolpe en Honduras", afirmando que Zelaya, "el destructor de la democracia", se "aferra al poder llamando a violentos colectivo" a las calles para impedir el conteo voto por voto". Zambrano mencionó una supuesta alianza entre Libre y el candidato liberal Salvador Nasralla para manipular los resultados, y apeló a las Fuerzas Armadas para que "garanticen la transición el 27 de enero".
Los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE), con casi el 100% escrutado, colocan al candidato nacionalista Nasry Asfura en primer lugar con alrededor del 40%, seguido de Nasralla (39%) y la oficialista Rixi Moncada, del Libre, en tercero (19%). Sin embargo, el escrutinio especial de "actas inconsistentes", previsto inicialmente para días después de los comicios, aún no ha comenzado debido a retrasos administrativos, problemas técnicos y protestas.
Zelaya negó rotundamente las acusaciones de autogolpe, calificándolas de "infundadas", y contraatacó denunciando un "escandaloso fraude electoral electrónico" respaldado por observadores internacionales y una injerencia directa del presidente estadounidense Donald Trump, quien habría favorecido al Partido Nacional al indultar previamente a figuras como Juan Orlando Hernández, figura destacada del narcotráfico.
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, ha denunciado los disturbios por "poner en riesgo el proceso electoral", y ha solicitado "resguardo militar". Observadores internacionales han documentado irregularidades menores, pero la jornada electoral transcurrió sin incidentes graves. El CNE tiene 30 días para oficializar resultados, eligiendo presidente, vicepresidentes, diputados y alcaldes.