Bloqueos masivos, cargas policiales y la movilización social contra la presencia israelí en la prueba dejan una histórica etapa final sin recorrido, sin podio y sin ceremonial en Cibeles.
Palestinarekin Elkartasuna había llamado a movilizarse contra los sionistas y sus cómplices frente al hotel Silken Indautxu, y finalmente ha conseguido que Dana Erlich dé marcha atrás.
La Policía Nacional española interviene para identificar y detener a manifestantes convocados por Agrupación Republicana que mostraban consignas y banderas en apoyo a Palestina.
Manifestantes propalestinos saltan el perímetro en paseo Zorrilla, exhiben pancartas y denuncian el genocidio; la policía aplica la "Ley Antiviolencia en el Deporte".
Los corredores acuerdan parar la competición en caso de riesgo grave por protestas, mientras Madrid se blinda con un despliegue policial sin precedentes para las etapas finales.
Protestan contra la complicidad que mantienen el Gobierno Vasco y la UPV con el Estado de Israel; estudiantes denuncian la persecución policial tras la protesta.
Las fuerzas de ocupación advierten de ataques inminentes con gran fuerza sobre toda la ciudad; los palestinos denuncian el genocidio y la mayoría de países del mundo siguen sin tomar medidas decididas.
Cientos de manifestantes forzaron a adelantar 8 km la meta por rechazo al equipo Israel Premier Tech; en Madrid, las autoridades prometen reprimir cualquier protesta que intente suspender la última etapa.
