Este lunes se cumplieron 17 años del asesinato de Carlos Palomino, un joven antifascista madrileño de 16 años que fue apuñalado en el metro de Madrid por el militar neonazi Josué Estébanez cuando se dirigía a una protesta antirracista. En su memoria, cientos de personas acudieron ayer a la manifestación anual que convocan amigos y familiares de Carlos, que se ha convertido ya en cita icónica para el movimiento antifascista de Madrid.
Al habitual lema “Carlos vive, la lucha sigue. El mejor homenaje, continuar la lucha” de la pancarta, este año le ha acompañado la proclama “Somos el latido inmortal de miles de Carlos”. La marcha partió a las 19:00 del número 2 del Paseo de las Delicias en Atocha, y se ha dirigido hacia la parada de Legazpi, donde fue apuñalado Palomino aquella tarde del 11 de noviembre de 2007. Los asistentes corearon “Carlos, hermano, nosotros no olvidamos”, “Madrid será la tumba del fascismo” y “Aquí están los antifascistas”, entre otras reivindicaciones.
En el comunicado que leyeron en el acto final, recordaron cómo Palomino fue asesinado cuando iba a una contramanifestación contra el partido neofascista Democracia Nacional en el barrio de Usera. Subrayaron “el auge del fascismo” en la coyuntura actual, donde algunos partidos “tratan de sacar rédito electoral”. Finalmente, dedicaron unas palabras al genocidio que está cometiendo el Estado de Israel contra el pueblo palestino, donde destacaron la necesidad de recordad a cada persona de las más de 40.000 que han asesinado en la Franja de Gaza como a Palomino.