A partir de este lunes, los trabajadores de Volkswagen en Alemania inician una huelga en las plantas de producción del país, convocada por el sindicato IG Metall, en protesta por los planes de la compañía de recortar miles de puestos de trabajo y reducir salarios. La compañía, que enfrenta dificultades económicas por la competencia china y una caída en la demanda de vehículos en Europa, ha exigido una reducción salarial del 10% y ha amenazado con cerrar plantas en Alemania por primera vez en sus 87 años de historia. La huelga, que comenzará con paros limitados, podría intensificarse si no se llega a un acuerdo en las negociaciones.
El sindicato IG Metall ha señalado que esta disputa podría convertirse en “la negociación colectiva más dura que Volkswagen haya enfrentado hasta ahora”, y que la duración e intensidad de la huelga “dependerán de la postura de la empresa en las mesas de negociación”. En respuesta, Volkswagen ha expresado su disposición a “continuar con el diálogo y ha tomado medidas para minimizar el impacto de la huelga”, garantizando “el suministro básico a sus clientes”.
La compañía ha desestimado las propuestas del sindicato, que incluían medidas de ahorro como la renuncia a las bonificaciones para 2025 y 2026. La situación sigue siendo incierta, y los representantes sindicales han indicado que podrían convocar nuevas huelgas si no se garantiza un plan a largo plazo para cada planta de VW en Alemania.