El presidente de Corea del Sur pide disculpas por declarar la ley marcial, horas antes de una moción de censura

Yoon Suk Yeol busca evitar su destitución con un mensaje televisado, mientras la oposición y amplios sectores de la sociedad surcoreana exigen su renuncia.

Discurso televisado del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol.
Foto: @hyunsuinseoul (X)

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, pidió perdón este sábado en un discurso televisado por haber declarado la ley marcial, una medida que ha generado una profunda crisis política en el país. En su alocución, recogida por medios como AP y La Vanguardia, ha justificado su decisión como fruto de “la desesperación ante su responsabilidad de Estado”, aunque prometió que “no volverá a recurrir a medidas similares”. Horas antes de una votación parlamentaria que podría destituirlo, Yoon intentó apaciguar a su partido, el Partido del Poder Popular (PPP), delegando en ellos la “estabilización política del país”, en un intento de evitar deserciones internas clave.

La situación ha reavivado temores históricos en Corea del Sur. Según AP, diputados opositores, aún temerosos de medidas represivas, han pasado las noches en el Parlamento para evitar posibles incursiones policiales. Por su parte, cientos de ciudadanos se congregaron en los accesos de la Asamblea Nacional para proteger a los representantes y evitar la entrada de fuerzas policiales y militares, un escenario que varios analistas comparan con las imágenes de represión de los años ochenta. La oposición, con mayoría parlamentaria, acusa a Yoon de atentar contra la democracia, y su líder, Lee Jae Myung, ha calificado al presidente de ser “el mayor peligro para Corea del Sur en la actualidad”, como destaca La Vanguardia.

En el seno del PPP, crecen las tensiones internas. El líder del partido, Han Dong Hoon, ya ha sugerido que la dimisión de Yoon es inevitable, mientras el primer ministro, Han Duck Soo, se perfila como posible presidente interino si prospera la moción de censura. Los medios surcoreanos también señalan una intensa movilización social, con sindicatos y organizaciones convocando protestas masivas frente a la Asamblea Nacional. En este momento, las calles de Seúl son testigo de un ambiente de indignación que evoca las dictaduras militares que rigieron el país en pasado.