El jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica (NBQ) de las Fuerzas Armadas de Rusia, teniente general Ígor Kirílov, ha fallecido en la madrugada del martes 17 de diciembre en Moscú debido a la detonación de un artefacto explosivo. El suceso ha tenido lugar en la avenida Riazanski, donde el artefacto estaba oculto en un scooter eléctrico aparcado junto a la entrada de un edificio. Su asistente también perdió la vida, informó Svetlana Petrénko, portavoz del Comité de Investigación ruso.
Las autoridades rusas confirman la apertura de una causa penal bajo los cargos de asesinato, “ataque terrorista” y “tráfico ilegal de armas”, previstos en los artículos 105, 205 y 222 del Código Penal ruso. La investigación está siendo dirigida por el presidente del Comité de Investigación, Alexánder Bastrykin. Según fuentes estatales citadas por RT en Español, el explosivo tenía una potencia estimada entre 100 y 300 gramos de TNT y fue detonado por control remoto, lo que sugiere que el perpetrador pudo estar en las proximidades durante la explosión.
Ígor Kirílov, al frente de las Tropas NBQ desde 2017, se destacó por sus informes regulares sobre la actividad de laboratorios biológicos financiados por EEUU, especialmente en Ucrania. En declaraciones recientes, había denunciado “provocaciones con armas químicas” durante el conflicto ucraniano. La investigación continúa con el análisis de grabaciones de cámaras de seguridad para esclarecer los detalles del atentado.