La crisis de la vivienda en el Estado español continúa siendo una de las principales preocupaciones de la población, especialmente para la clase trabajadora. Según el informe publicado este lunes en El País, los precios de compra y alquiler seguirán subiendo en 2025, “debido a la persistente escasez de viviendas y a una demanda que continúa creciendo”. A pesar de que el aumento de precios podría moderarse ligeramente respecto a 2024, los pronósticos apuntan a incrementos que superarán la inflación. La falta de oferta de viviendas asequibles se mantiene como uno de los principales factores que agrava la situación.
A lo largo de la última década, los precios de la vivienda en el Estado español han experimentado un aumento sostenido de cerca del 56% desde los niveles más bajos en 2014, según datos de Bankinter. En 2024, el mercado inmobiliario ha seguido una trayectoria ascendente, con un incremento tanto en las compraventas como en los precios, especialmente en el sector de la obra nueva. Se espera que este crecimiento se mantenga en 2025.
Los expertos anticipan que el 2025 “será un año de altas transacciones y precios elevados”. Joan Carlos Amaro, profesor de Esade, subraya en El País que la demanda “seguirá fuerte”, lo que se reflejará en los precios y el malestar generalizado entre la población. Por otro lado, la reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha favorecido la reactivación de la demanda de hipotecas, lo que podría generar un nuevo aumento de las compraventas. Según los portales inmobiliarios, el aumento de precios podría superar el 8% en algunas zonas, llegando incluso al 10% en mercados como Madrid y el País Valencià.
La previsión para 2025 incluye un crecimiento moderado en las compraventas, de entre el 2% y el 5%, debido a la falta de oferta y la dificultad de muchos habitantes para acceder a una vivienda debido a los elevados precios. La necesidad de una mayor oferta de viviendas asequibles es urgente: el Estado españaol enfrenta un déficit de cerca de 600.000 viviendas, especialmente en las ciudades con mayor demanda laboral y migratoria. Según el Banco de España, este déficit podría alcanzar el millón de viviendas en 2026.
Por su parte, el alquiler se perfila como el segmento más afectado por la crisis de vivienda. Con un mercado saturado y una oferta insuficiente, los precios de alquiler seguirán subiendo. Las previsiones apuntan a un aumento de las rentas de hasta el 10% en algunas grandes ciudades. La falta de viviendas disponibles y el elevado coste de los alquileres seguirán afectando a miles de familias obreras, especialmente en las zonas urbanas más demandadas. Según Joan Carlos Amaro, “la competencia por los pocos inmuebles disponibles será feroz”, haciendo aún más difícil para los inquilinos encontrar un lugar asequible donde vivir.
