La reciente declaración del portavoz del PP, Borja Sémper, sobre la necesidad de intensificar los acuerdos con el PNV para debilitar al gobierno de Pedro Sánchez ha quedado en el pasado. En solo unos días, las relaciones entre los populares y los nacionalistas vascos se han deteriorado debido a la controversia por la restitución de la sede histórica del gobierno vasco en el exilio en París, un acto que el PP criticó con dureza. El portavoz del PP, Miguel Tellado, fue quien expresó el rechazo a los nacionalistas vascos, acusando al PNV de “aprovecharse de situaciones para hacer caja y de recibir favores por parte de Sánchez”. Tellado acusa a los jeltzales de haberse convertido “en el partido aprovechategui para hacer caja”, agregando que los vascos “no buscaron una mejora para los ciudadanos, sino que solicitaron un palacete en París”.
Las críticas del PP hacia el PNV, que ha visto el tema de la devolución de la sede como un asunto de gran relevancia sentimental y político, han enfurecido a los dirigentes jeltzales. Aitor Esteban, diputado del PNV en Madrid, calificó de “torpe” y “maleducado” el comportamiento de Tellado, señalando que las acusaciones del PP “reflejan un cambio estratégico más amplio”. Los ataques de los populares han ido más allá de la crítica puntual, con Feijóo acusando al PNV de “estar al servicio de Pedro Sánchez y de participar en posibles casos de financiación irregular”. Este nuevo enfoque del PP deja atrás cualquier opción de aproximación al PNV en el corto plazo, ante la falta de disposición de Sabin Etxea a cambiar su política de alianzas.
En paralelo, los jeltzales advierten que el cambio de rumbo del PP responde a “una estrategia centrada en recuperar terreno en el País Vasco”, especialmente tras las elecciones estatales de 2024. Esta estrategia no es bien vista por el PNV, que ve amenazado su espacio electoral en la Comunidad Autónoma Vasca. Por ello, el lehendakari Imanol Pradales lamentó este giro de los populares, calificando de “ayusización” la postura del partido y sugiriendo que “cualquier posibilidad de acuerdo futuro con los populares queda descartada” mientras Vox sea parte de la ecuación. La situación deja claro que, a corto plazo, el PP no necesita al PNV para formar una mayoría, centrando sus esfuerzos en buscar la colaboración de Vox para consolidar su poder en el ámbito estatal.
Historia de la sede del PNV en París
La polémica sede del gobierno vasco en el exilio en París, a la que el PP denomina como “palacete”, tiene un valor histórico y simbólico para el PNV y el nacionalismo vasco. Durante la dictadura de Franco, muchos de los dirigentes y militantes del PNV, que se encontraban en el exilio debido a la represión, utilizaron esta sede como base de operaciones. El edificio, situado en la Avenida Marceau, fue un refugio y un centro de acción política durante los primeros años del franquismo. Durante la ocupación nazi, la sede fue tomada por la Gestapo y posteriormente cedida al gobierno franquista. Tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, la normalización de relaciones entre las potencias occidentales y Madrid trajo que las autoridades francesas ratificaran la titularidad del inmueble a manos régimen franquista. Con la reforma democrática del franquismo, los sucesivos gobiernos españoles han aplazado la devolución del edificio, hasta que se ha aprobado de la reciente Ley de Memoria Democrática, que ha permitido el traspaso. Así, el palacio parisino de 1.300 metros cuadrados, seguirá siendo temporalmente sede del Instituto Cervantes, que abonará un alquiler a la formación jeltzale, mientras los jeltzales esperan recuperarlo definitivamente.