El expresidente de EEUU Donald Trump, recientemente reelecto, estaría promoviendo un plan de paz para poner fin a la guerra en Ucrania en un plazo de 100 días, según informa el diario ucraniano Strana basándose en un borrador de acuerdo filtrado. El calendario del acuerdo, aún no confirmado oficialmente, plantea un alto el fuego el 20 de abril y una paz definitiva el 9 de mayo, coincidiendo con el Día de la Victoria sobre el nazismo, que este año cumple 80 años.
El plan incluiría condiciones clave, como la renuncia de Ucrania a integrarse en la OTAN y la aceptación de la pérdida de los territorios ocupados por Rusia. A cambio, Ucrania podría entrar en la Unión Europea en 2030 y mantener su ejército sin reducciones. Además, Trump permitiría que continúe la ayuda militar a Kiev mientras duren las negociaciones, algo que su administración ha restringido desde su llegada a la Casa Blanca.
Otro punto crucial del acuerdo es la reconstrucción de Ucrania, que correría a cargo de la UE, mientras ni siquiera se contempla que la unión se siente en la mesa de negociaciones, como tampoco lo haría Ucrania. Paralelamente, se prevé que levanten gradualmente las sanciones contra Rusia. Desde la firma de la paz, las restricciones a la importación de recursos energéticos rusos en Europa comenzarían a eliminarse, aunque con un impuesto especial destinado a la reconstrucción de Ucrania. También se permitiría la participación electoral de partidos que promueven una relación no conflictiva con rusia. Las elecciones están previstas para finales de agosto (presidenciales) y octubre (parlamentarias).
Aunque el gobierno de Volodimir Zelensky ha negado la existencia del plan, la propuesta ha despertado preocupación en Kiev. Según Ukrainska Pravda, el jefe de la inteligencia militar, Kyrylo Budanov, advirtió en una reunión a puerta cerrada que “Ucrania podría enfrentar una situación crítica si no se llega a un acuerdo antes del verano”, especialmente si EEUU mantiene su postura de limitar el apoyo militar. Mientras tanto, los estados del mundo siguen con atención los movimientos de Washington, Moscú y Kiev en torno a esta posible hoja de ruta para el fin de la guerra.
